Tras la confirmación de que la multinacional de origen finlandés UPM instalará su segunda planta de procesamiento de celulosa en Uruguay, las críticas al proyecto tomaron un nuevo impulso. Desde el gobierno, sin embargo, afirman que el impacto ambiental de la pastera “está cien por ciento controlado”. “Hay gente a la que le preocupan las cianobacterias, pero podemos afirmar categóricamente que son bichos de lo más mansos, incapaces de atacar a nadie. Es cierto que vamos a tener más cianobacterias, pero los pobladores locales no tienen nada que temer, porque, si no las provocan, ellas no responden”, aseguró un jerarca de la Dirección Nacional de Medio Ambiente.

Desde el gobierno destacan también que UPM tiene “excelentes credenciales”. Un jerarca de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto dijo que la empresa da “las máximas garantías de que todos los procesos se van a llevar a cabo bajo los más estrictos controles de seguridad, de modo que no contaminen ni el suelo finlandés ni sus aguas territoriales”. “Los técnicos de la empresa hicieron una cantidad de simulaciones, y el resultado de todas ellas fue que es prácticamente imposible que los efluentes vertidos al río Negro contaminen el mar Báltico. La pescadores de la zona que tiene su sustento gracias a la pesca del bacalao y el arenque no tienen motivos para preocuparse, porque la planta de UPM en Pueblo Centenario no los va a perjudicar”, enfatizó el jerarca gubernamental.