La semana pasada, en el puerto de Hamburgo, se realizó la mayor incautación de cocaína en la historia de Alemania: 4.500 kilos. Tal como ocurrió con los 600 kilos de cocaína incautados en Francia a mediados de mayo, las drogas provenían de Uruguay, aunque no fueron cargadas en el país, sino que estuvieron en tránsito. “Uruguay se ha transformado en un hub importantísimo para el mercado mundial de la cocaína, a tal punto que es un lugar de paso ineludible en el tránsito hacia Europa, una especie de Canal de Panamá”, declaró un narcotraficante local.

Según varios medios del Viejo Continente, el fin de semana un puerto europeo rechazó un cargamento de cocaína proveniente de Sudamérica debido a que no había hecho escala en Montevideo. “Para ellos es una especie de sello de calidad que la droga provenga de Uruguay, porque acá hay más respeto por la institucionalidad. Si de acá salen 4.500 kilos, allá llegan 4.500 kilos. Hay otra seriedad. Siempre se dijo que somos más europeos que latinoamericanos, así que es lógico que confíen más en nosotros que en un brasilero o un boliviano”, opinó el narcotraficante consultado.

Una encuesta divulgada hace pocos días en Europa parecería reafirmar el prestigio de la Marca País en el terreno del narcotráfico. Según el estudio, sólo 4% de los europeos saben dónde queda Uruguay, pero el porcentaje sube a 93% entre los cocainómanos. “La sola mención de Uruguay despierta en ellos una euforia que no proviene solamente de la droga”, revela la encuesta.