Las autoridades consideran que los envíos de droga desde Uruguay hacia Europa que se detectaron en los últimos meses sólo pueden haber sido posibles gracias a la complicidad de los agentes de la ley. “Hay cosas que están confirmadas, como la participación de funcionarios de Interpol y la Policía Aeronáutica en el cargamento de 600 kilos de cocaína enviado a Francia. Pero además hay una cantidad de cosas sospechosas, como la epidemia de resfrío entre los perros que detectan drogas en el Aeropuerto de Carrasco”, reconoció un funcionario del Ministerio del Interior.

La fuente explicó que la semana pasada algunos investigadores de la cartera advirtieron que los perros en cuestión “se veían un poco decaídos y tenían la nariz llena de agua”. “Luego de consultar a un veterinario confirmamos que presentaban un cuadro de resfrío por el cual tenían la nariz completamente tapada, algo que es lógico si tenemos en cuenta que sus entrenadores los mojan y los sacan a pasear de madrugada por campos llenos de escarcha”. “Es todo muy sospechoso”, opinó.

En el puerto de Montevideo, el lugar desde donde salió el barco que llevó 4.500 kilos de cocaína a Alemania, los investigadores aún no comprobaron “anomalías importantes”. De todas maneras reconocieron que se detectaron situaciones “de apariencia sospechosa”, como por ejemplo que los escáneres usados para revisar contenedores “son manejados por niños de tres años con las manos llenas de chocolate y ketchup, algo que presumiblemente podría dañar los mecanismos”.