La incautación, la semana pasada, en el puerto alemán de Hamburgo de 4.500 kilos de cocaína provenientes del puerto de Montevideo continúa acaparando buena parte de la agenda informativa. Ayer se divulgó que el gobierno comprará un nuevo escáner para revisar contenedores. Además, se anunció la construcción de una nueva línea de ferrocarril para sacar la cocaína del país por el puerto de Montevideo, aunque este proyecto despierta algunas resistencias. “Nosotros aplaudimos el progreso, y también el narcotráfico, porque es una fuente de ingresos importante para muchas personas, pero lo que no queremos es un tren que nos pase por el medio del pueblo. El afán de lucro no puede estar por encima del bienestar de la gente”, declaró un vecino de una localidad por la que pasaría el tren.

No obstante, los impulsores del ferrocarril, que partiría desde algún departamento fronterizo con Brasil y terminaría en el puerto, lo consideran un “proyecto indispensable”. “Si hay algo que demostró esta seguidilla de incautaciones es que la capacidad interna de Uruguay para transportar cocaína está en su límite. Si no queremos que los narcotraficantes elijan empezar a sacar la droga directamente por Brasil, tenemos que mejorar nuestra infraestructura”, declaró un empresario interesado en invertir en el ferrocarril. Además, aclaró que este sistema de transporte “serviría para otro tipo de tráfico ilegal, como armas y objetos robados en general”.