¿Cuál fue su primera impresión de ultratumba?

Fue mala, porque yo esperaba encontrarme con coros de angelitos, algo que siempre soñé con incluir en mis canciones, pero no había nada.

¿Y qué le parecieron los muertos?

Muy hostiles, al principio. Varios me dijeron que mi canción “Morir de amor” es un insulto para ellos, porque nadie se muere de amor. Claro, ahí hay gente que se murió de alguna enfermedad degenerativa, o bajo torturas, o en un accidente aéreo; es lógico que se ofendan.

¿Se imagina continuar su carrera en el más allá?

No creo, porque a la gente de acá no le interesa mucho todo eso de enamorarse.

¿No se forman parejas?

¡Claro que no! Y por suerte, porque el tema de “hasta que la muerte los separe” no existe [risas].