El telón se abre y deja ver cómo la búsqueda de una arqueóloga en un terreno inexplorado de Uruguay arroja el descubrimiento de un fósil inédito. La mujer festeja por un trabajo largo y complejo que por fin dio frutos. Hay un cambio de luces y entra en escena su hermano y colega, quien observa el objeto con la mirada entrecerrada y los labios fruncidos. Ella se aferra como si de ese pedazo de hueso dependiera su vida. Él se acerca, lo arranca de sus manos y la tira al suelo. Le dice: “Las mujeres no nacieron para esto”. La mujer llora, enojada, y se queda acurrucada en el piso. Más tarde, el hombre se adjudica públicamente el hallazgo y obtiene el reconocimiento de la comunidad académica. Pero en la sala del teatro nadie aplaude. El escenario queda en negro.
El relato es ficticio pero representa todas las ocasiones de la historia en que las mujeres quedaron tapadas, reducidas e invisibilizadas por la sombra de un hombre. Arqueólogas, sí, pero también físicas, matemáticas, escritoras y pintoras, entre muchas otras.
La escena forma parte de la murga teatral Mundo invisible, que fue creada por estudiantes del liceo de Canelón Chico y fue la encargada de abrir la muestra final de “La historia escrita con A”, un proyecto impulsado por la Intendencia de Canelones para visibilizar el aporte de las mujeres uruguayas y de sus obras a los procesos histórico-culturales del país. La propuesta fue lanzada en abril y apuntó a estudiantes de cuarto, quinto y sexto año de siete liceos del departamento, que tenían la tarea de elegir un museo, descubrir su acervo cultural y crear, con ese material, un producto artístico que incluyera alguna temática vinculada a la igualdad de género. El resultado se plasmó casi cinco meses después en nueve obras de teatro, audiovisuales, performances y murgas teatrales que se presentaron en vivo el jueves en el Centro Cultural Politeama de Canelones. La obra de apertura se basó en una visita al Museo Arqueológico Prof. Antonio Taddei.
“La idea es que a través de este proyecto las y los adolescentes comiencen a visualizar la mirada en igualdad de género dentro de ese discurso tan hegemónico que tienen los museos, y también que puedan reflejar la identidad canaria haciendo un recorrido por nuestra historia”, explicó a la diaria Rosina Lema, responsable del Área de Género y Equidad de la Intendencia de Canelones, que promovió la iniciativa junto a la Comuna Joven, el Área de Patrimonio y la Red de Museos.
El proyecto se hizo por primera vez en 2018 y los resultados fueron tan buenos, dijo Lema, que este año se le asignaron más recursos, lo que permitió que pudiera llegar a más centros educativos. En total, participaron cerca de 170 estudiantes, 14 docentes y seis talleristas, integrantes de las organizaciones Proderechos y Mediared. Los grupos de liceales podían elegir entre el Museo Julio Sosa, el Museo Arqueológico Prof. Antonio Taddei, el Museo Presidente Tte. Gral. Máximo Tajes, el Museo Casa Rodó y la Quinta Capurro.
La consigna era hacer una visita al museo con el equipo de la Red de Museos “que ya ha sido sensibilizado y capacitado en la temática de género”, resaltó Lema, y luego participar en dos instancias en las aulas lideradas por los talleristas. Cada taller funcionó como una introducción a la mirada de género y sirvió para conocer en profundidad el patrimonio del museo elegido. El primer taller estuvo orientado a la investigación y el segundo apuntó a la construcción de la parte creativa. Este año la dirección artística del proyecto estuvo a cargo de la actriz Josefina Trías.
“Lo que buscamos es que el proceso sea un intercambio permanente y que los chiquilines se empiecen a aventurar a mirar la historia escrita con A”, resumió Lema. “Yo creo que es una metodología divertida a través de la cual los estudiantes aprenden, empiezan a descubrir los derechos humanos, rompen estereotipos y tienen la oportunidad de poner todo en práctica”, agregó. Consultada sobre cómo perciben las nuevas generaciones de adolescentes los temas vinculados específicamente a las mujeres, la referente del Área de Género y Equidad dijo que “la tienen muy clara” y aseguró que en los trabajos finales se nota que les queda “impresa” la idea de que mujeres y hombres “tienen los mismos derechos y deben tener garantizadas las mismas oportunidades”.
Cuando las luces del escenario vuelven a encenderse, la arqueóloga logra ponerse de pie con la ayuda de un grupo de mujeres, que mientras la abrazan le cantan al oído: “Estamos juntas”. La disposición del escenario cambia y la representación teatral se convierte rápidamente en un espectáculo de murga. Al frente del escenario, cantan sólo las chicas: “Ya no nos callaremos y siempre les diremos que vamos por más”. Los pocos varones que hay en el grupo permanecen en el fondo, en segundo plano, mientras tocan instrumentos. “Es importante cantar juntas, narrar nuestras historias”, aseguran las adolescentes, “por eso vivas nos quiero, libres y sin miedo a ser lo que queramos ser”. Este último verso se repite. Y se repite. Ahora sí se escuchan aplausos. Se cierra el telón.
Historia, debate y arte
El grupo 4º1 del liceo de Parque del Plata eligió el Museo Casa Rodó para hacer el proyecto y elaboró un audiovisual en torno a la idea de los matrimonios arreglados. La historia que presenta el corto no es la de José Enrique Rodó sino la de Enriqueta, una versión feminizada del escritor. Enriqueta es una mujer que en 1890 es obligada a casarse con un hombre que no quiere. Pero su destino cambia cuando viaja en el tiempo y se encuentra con Candela, una adolescente de 2019.
“Nos pidieron que problematizáramos el tema del machismo y la discriminación hacia la mujer, y a la vez lo teníamos que relacionar con Rodó”, contó Ayelén, una de las estudiantes de este grupo, a la diaria. “Para nosotros era muy fácil imaginarnos situaciones actuales, como por ejemplo el acoso callejero, entonces estuvimos tirando muchas ideas hasta que nos decidimos por el problema de que te quieran casar con alguien que no querés, que era común en esa época”, agregó. Para la adolescente de 16 años fue una buena decisión porque sirve de puntapié para reflexionar sobre “cómo valorar la libertad de nuestras relaciones afectivas” y “el derecho a elegir a quién amar”.
De alguna forma, ese sentir está encarnado en Candela. “Cuando Enriqueta se encuentra con Candela, esta chica del presente le dice ‘no, pará, ¿cómo que te obligan a casarte?’ y la motiva a que pelee por su derecho a elegir”, explicó Ayelén. “Al final del corto hay una especie de reflexión en la que hablamos de que si bien hay un montón de cosas que han mejorado, sobre todo para nuestro país, hay pila de cosas que quedan por cambiar, porque esto que le pasó a Enriqueta les sigue pasando a muchas mujeres en otros lados”, aseguró.
Para su compañera Rocío, los debates que se generaron durante el proceso de creación marcaron un antes y un después en el grupo. “En los talleres hablábamos siempre las gurisas y los varones no, es como que sentían que este tema no los involucraba, y no está bueno. Nos concierne a todos porque forma parte de una cultura de la que somos parte todos, entonces es responsabilidad de todos”, dijo Rocío a la diaria. La adolescente cree que sus compañeros varones ahora “están más informados” y ya no hacen tantos “chistes machistas” como antes, porque saben que encontrarán resistencia. Según Ayelén, lo que más les entusiasmó a los varones fue “hacer algo al respecto y no solamente hablar” del tema, que es algo que quizás se puede hacer en clase o entre pares. “Creo que poder hacer un proceso creativo con respecto a estos temas nos deja mucho más”, consideró. “Al final”, concluyó, “lo importante es el mensaje que dejamos”.
Algo parecido le pasó al grupo del Liceo de Tala José Alonso y Trelles, que hizo una performance sobre género y tango basada en la obra del cantante uruguayo Julio Sosa. Para Mara, una de las estudiantes, el tema era “polémico” porque el tango es un género musical muy masculinizado, al ser cantado, bailado y escrito por hombres. “Leímos frases muy polémicas y vimos que algunos estaban de acuerdo y otros no. En las discusiones también vimos que para algunos se ha avanzado mucho desde la época de Julio Sosa hasta hoy y para otros no tanto. Entonces estuvo bueno ver las diferencias de pensamiento de cada uno”, contó la adolescente, de 17 años.
La puesta en escena de la performance, que se tituló Luces y sombras, tuvo música en vivo, baile, canto y actuación. “La idea era exponer a través de diferentes géneros musicales el papel que juega la mujer en la sociedad, empezando desde el tango, pasando por el rock and roll hasta el pop contemporáneo”, explicó Mara. “El fin es plasmar en la obra la evolución de las mujeres en la sociedad para que el público reflexione, porque mucha gente no sabe los desafíos a los que se enfrentan hoy”, complementó su compañero Matías.
Al lado, Maite, otra de las liceales, contó que la performance del grupo de Tala –integrado por estudiantes de quinto y sexto Artístico– terminó con una canción compuesta en los talleres que fue interpretada por un varón y habla “de cómo la sociedad lo incentivó a ser machista pero él opuso resistencia”. El contenido tenía una intención muy específica, explicó Mara: “No quisimos recalcar sólo el rol importante de la mujer en la música y la sociedad, sino también la evolución que ha tenido el hombre, porque a veces se lo pone en un papel muy negativo y creo que es constructivo mostrar a los dos géneros por igual”.
El grupo 4º2 de Parque del Plata también eligió como tema central el matrimonio arreglado, aunque en este caso la visita fue a la Quinta Capurro. Así, el equipo plasmó en el audiovisual Isabella la historia de una joven de 1890 que es obligada por su padre a casarse por arreglo, pese a que está enamorada de otro hombre. El corto muestra cómo Isabella lucha contra los mandatos de la época para ser libre.
Desenterrar pedazos de historia
El ruido de las cadenas fue el nombre elegido por el grupo del Liceo 1 de Salinas para la obra de teatro que presentaron el jueves, cinco meses después de su visita al Museo Arqueológico Taddei. “En el museo había una réplica de unos fósiles que habían encontrado de lo que aparentaba ser el cuerpo de una mujer indígena con un bebé entre las piernas”, explicó Matías, estudiante de quinto año, a la diaria. “Lo que hicimos a partir de eso fue recrear el momento en el que una arqueóloga encuentra este esqueleto y, mientras busca su historia, viaja a la época en la que esta mujer probablemente murió, que creemos que fue durante una invasión europea, tratando de proteger al niño que tenía entre las piernas”, detalló el adolescente de 16 años.
En ese viaje al pasado, la arqueóloga descubre que la mujer pertenecía a una tribu integrada sólo por mujeres. “Nos pusimos a investigar porque queríamos saber si efectivamente existieron tribus de mujeres” –contó Sol, de sexto de Medicina–, “y nos encontramos con que había tribus de mujeres con cacicas, que eran quienes llevaban a esa comunidad adelante”.
Después de hacer el recorrido por la historia, el grupo llegó a dos conclusiones principales, que de alguna manera de entrelazan. La primera fue que “en su momento la mujer hacía el mismo trabajo que el hombre y era igual de respetada”, dijo Selena, también estudiante de sexto de Medicina. La segunda fue que la desigualdad de género empezó “con la invasión europea”, aseguró Matías, “porque estamos hablando de una sociedad que era matriarcal, donde las mujeres eran iguales a los hombres o incluso superiores, y todo se terminó con la evangelización de estas tribus”.
“Conocemos sólo una parte de la historia”, lamentó Sol, “y es triste que no se sepa esta otra parte en la que también las mujeres tuvimos un papel importante. Los hombres no eran los únicos caciques o los únicos que cazaban. Importa que se sepa”.
El audiovisual El pasado de nuestro presente, del Liceo 1 de Progreso Gilberto Iglesias, también estuvo basado en el acervo patrimonial del museo arqueológico. El corto relata la historia de tres arqueólogas que en 1970 hicieron un importante hallazgo pero fueron estafadas por un colega varón, que –una vez más– obtuvo todo el reconocimiento. Casi medio siglo más tarde, dos periodistas revelaron la verdad y se hizo justicia. El audiovisual termina con las palabras de la única de las arqueólogas viva en la actualidad, que terminó su discurso al grito de: “Disculpen las molestias, pero el patriarcado se va a caer”.
Distintos formatos, un mismo mensaje
Las demás presentaciones artísticas trabajaron sobre temáticas similares pero con distintos relatos y formatos. Hubo otros dos grupos que eligieron el Museo Julio Sosa para investigar, debatir y crear. Uno de ellos fue el del Liceo 1 de Santa Lucía, que en la obra teatral Cambiar para avanzar contó la historia de un grupo de profesoras de tango de 1880 acostumbradas al maltrato físico y verbal por parte de su jefe y la comunidad. La historia da un giro inesperado cuando cinco adolescentes de 2019 viajan en el tiempo y proponen iniciativas para que las docentes hagan frente a la situación. Más adelante, en el mismo escenario, las y los estudiantes del segundo grupo del Liceo 1 de Salinas hicieron un homenaje al cantor de tango en la obra de teatro El casete de Julio Sosa, ambientada en los cabarets de 1960.
La violencia de género apareció sólo una vez como temática central: en la obra de teatro Historias de vida, del liceo de Los Cerrillos, en su caso tras un recorrido por el Museo Presidente Tte. Gral. Máximo Tajes. En esta línea, las y los estudiantes eligieron abordar tres formas de violencia específicas que afectan a las mujeres: la doméstica, la callejera y la laboral.
En las tablas
- Mundo invisible, murga teatral (Liceo de Canelón Chico)
- El pasado es nuestro presente, audiovisual (Liceo 1 de Progreso Gilberto Iglesias
- Isabella, audiovisual (Liceo de Parque del Plata)
- Cambiar para avanzar, obra de teatro (Liceo 1 de Santa Lucía)
- El ruido de las cadenas, obra de teatro (Liceo 1 de Salinas)
- Historias de vida, obra de teatro (Liceo de Los Cerrillos)
- El casete de Julio Sosa, obra de teatro ( Liceo 1 de Salinas)
- Tremendo viaje, audiovisual y teatro (Liceo de Parque del Plata)
- Luces y sombras, performance (Liceo de Tala José Alonso y Trelles)