Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

Nadie duda de que el próximo cambio de gobierno pondrá en juego cuestiones muy importantes, y es muy legítimo que, desde ya, los actores políticos y sociales defiendan sus posiciones con firmeza, incluso con vehemencia. Pero si consideramos lo que está pasando entre Estados Unidos e Irán y las consecuencias que puede tener; o los innumerables problemas de Venezuela, donde la situación institucional es cada vez más inverosímil, podríamos llegar a la conclusión de que no estamos tan mal.

Ayer Luis Lacalle Pou recibió a delegaciones del PIT-CNT y de Un Solo Uruguay. El presidente electo y el ministro designado de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, aseguraron a los sindicalistas que los Consejos de Salarios mantendrán su estructura y funcionamiento actual, y que no hay intención de limitarlos a la fijación de salarios mínimos por categoría. Persisten y persistirán, por supuesto, discrepancias sobre el margen de flexibilidad que conviene en los laudos, y sobre la eventual ocupación de lugares de trabajo, pero no hay nada semejante a una guerra declarada de antemano, y los canales de comunicación están abiertos. Como dicen los relatores de boxeo, fue un “round de estudio”.

Con Un Solo Uruguay (USU) también hubo un diálogo amable sin coincidencias plenas. Entre otras cosas, porque este movimiento, de trayectoria aún escasa y dedicado ante todo a difundir demandas, no ha desarrollado hábitos de negociación, y plantea un discurso en el que todas sus aspiraciones son esenciales e impostergables. Así, por ejemplo, pidió que el próximo gobierno no aumente las tarifas en marzo, y como era previsible se le contestó que es inevitable, por lo menos, incrementarlas para cubrir los incrementos de costos.

USU también insistió en que hay que renegociar el acuerdo para la instalación de UPM2, aunque Lacalle Pou ya dijo con claridad que lo respetará. Las quejas de los “autoconvocados” por la actividad de las pasteras dan a veces la impresión de que las ven como una intrusión indeseable en “su” territorio.

Por otra parte, se reanudaron las reuniones de transición ministeriales, en Desarrollo Social y en Turismo y Deporte. El encuentro entre la ministra Marina Arismendi y su sucesor designado, Pablo Bartol, fue -a juzgar por las declaraciones posteriores de ambos- bastante apacible. El Mides es el único ministerio creado por los gobiernos del Frente Amplio, y sobre sus actividades se ha concentrado muy especialmente la hostilidad de quienes forman la “coalición multicolor”, pero aunque su estructura y funcionamiento sean, obviamente, discutibles y mejorables, tiene razón el futuro subsecretario, Armando Castaingdebat, cuando dice que “ cualquier cosa que se toque afecta a alguien, y ese alguien hoy entiende que es un derecho que tiene”, de modo que “hay que tener mucho cuidado”.

Si sumamos las declaraciones de Bartol sobre la prioridad de la primera infancia, y las de Castaingdebat acerca de la conveniencia de “maximizar la estructura de las intendencias”, parece que se maneja la idea de transferirle más de una política social a los gobiernos departamentales.

Hasta mañana.