El gobierno iraní aseguró que el ataque con misiles que lanzaron sus fuerzas armadas a una base de Estados Unidos en Irak mató a 80 efectivos, pero el presidente Donald Trump respondió en una conferencia de prensa que no hubo bajas estadounidenses. Unas horas más tarde el mandatario aclaró sus dichos. “Algunas personas murieron como consecuencia de los ataques, eso es cierto. Lo que yo quise decir es que los soldados muertos eran todos latinos, o hijos de latinos. Así que afortunadamente no se perdió mucho”, declaró en una entrevista televisiva.

Además Trump hizo hincapié en que tampoco hubo pérdidas significativas de armamento. “Todos los drones apostados en esa base están en perfectas condiciones, y así se lo comunicamos a sus respectivos operadores, que sabemos que se encariñan muchos con las aeronaves que operan. En resumen, fue un incidente sin ninguna importancia, así que si Irán quiere seguir lanzando bombardeos como estos, que lo haga”.

Las palabras del mandatario causaron preocupación en la interna de su gobierno. “Por un lado, el presidente parece darse cuenta de las ventajas que implica tener latinos en las fuerzas armadas para que reciban las balas y las bombas. Pero, por otro lado, sigue sin entender que sus políticas migratorias van a hacer que sea cada vez más difícil que se enlisten latinos. Si no hay algún cambio de rumbo, se corre el riesgo de que un día de estos muera un estadounidense de verdad”.