El martes apareció frente al liceo Dámaso Antonio Larrañaga un cartel que anunciaba el regreso de la organización ultraderechista Juventud Uruguaya de Pie (JUP) y criticaba el posible referéndum para derogar la ley de urgente consideración. Cuando aún no se habían apagado los ecos de la noticia, ayer apareció uno similar frente al Instituto Nacional del Cáncer (INC). Personal del instituto explicaron que el cartel no estaba allí como forma de provocación, sino que había ido a atenderse. “Se colocó en la puerta de madrugada porque alguien le había comentado que acá se armaban largas colas. Cuando lo recibimos nos dijo que era una metástasis del que apareció el martes frente al Dámaso, y nos pidió un poco de radioterapia, porque si no se iba a seguir reproduciendo”. Técnicos de la institución confirmaron que efectivamente el riesgo de que estos carteles se multipliquen en forma caótica es muy alto. “Se trata de formaciones malignas que en determinadas condiciones empiezan a reproducirse y pueden causar mucho daño. Lo importante es agarrarlos a tiempo, es decir, antes de que comience la propagación descontrolada”, expresaron los profesionales.

Los funcionarios del INC que lo recibieron relataron que el cartel “no sentía vergüenza de ser lo que era y ni siquiera le preocupaban mucho los efectos de su multiplicación. Su problema es que no quería compartir la atención con otros carteles. Supongo que es un cartel muy coqueto y egocéntrico”.