El angustiante suceso ocurrió el lunes pasado, cuando con el cantar del primer gallo, el senador Guillermo Domenech, abrió los ojos. Bañado en lágrimas de dolor, volteó hacia su mesa de luz y vio, sobre esta, un smartphone enchufado a su cargador USB, en lugar de la vela apagada que esperaba: efectivamente, no estaba en el dorado e hispano siglo XVI, sino en el uruguayo siglo XXI.

“Le di la bienvenida a un nuevo día y reparé en que Carlos I de España y V de Alemania ya no es nuestro rey ni emperador; la fe católica ya no es la única que inflama nuestros corazones, y en estas Indias, donde habito, ideas extranjerizantes han echado raíces... Fue muy duro”, confesó el escribano y abogado a El Cascote News.

Fuentes cercanas al legislador de Cabildo Abierto aseguraron que un grupo de correligionarios acudió a su despacho para levantarle el ánimo. “Llevaban un ejemplar del Quijote, un manual de interrogatorios de la Inquisición y una torta con las efigies de Felipe II y [Guido] Manini Ríos; después, lo vi sonriente, por los pasillos… ¡con razón!”, declaró un funcionario de limpieza del Palacio Legislativo.