Usted fue el primer médico en alertar sobre la epidemia de coronavirus, y murió víctima de esta enfermedad. ¿Le parece irónico?

No hay nada irónico acá. A mí me mataron las autoridades chinas como represalia por haber hablado. Me morí por estúpido.

¿Cómo viene siendo su experiencia en el más allá?

No sabría qué decirle, porque aún estoy en cuarentena.

¿Por qué lo ponen en cuarentena, si allí todo el mundo ya está muerto?

Es lo que yo les pregunté, pero no me hicieron caso. La gente se pone realmente paranoica con esto de los virus, no hay forma de hacerla entrar en razón.

¿Le gustaría seguir ejerciendo la medicina en ultratumba?

Sí, pero si vuelvo a descubrir algo me voy a callar la boca. El gobierno chino tiene gente en todos lados.