¿Le gustaría conquistar el más allá?

¡Por supuesto! Es ideal para un espíritu ambicioso como el mío. Además, acá no existe el frío, que es algo que siempre me complicó cuando estaba vivo.

¿Y le parece que tiene posibilidades?

Bueno, seguramente sería muy difícil. Hay mucha competencia: Adolf Hitler, Gengis Kan, Julio César y varios más. Pero me tengo fe.

¿Cómo es su relación con la realeza francesa?

Mala. Ellos me odian y me lo hacen saber mediante burlas, sobre todo por mi estatura. María Antonieta no se burla de mí, obviamente, porque ella no es que me saque una cabeza.

¿Sigue traumado por su estatura?

Un poco, pero por suerte acá puedo chasquear los dedos y en un segundo estoy junto a los pigmeos. Ahí me siento como siempre quise sentirme.