El futuro ministro del Interior, Jorge Larrañaga, declaró ayer que está “más que dispuesto” a ser interpelado por el actual titular de la cartera, Eduardo Bonomi, quien el 15 de febrero asumirá una banca en el Senado. En realidad, Bonomi le había anunciado a su sucesor que no planeaba interpelarlo, pero fuentes cercanas a Larrañaga explicaron que este “no entendió una palabra” de lo que le dijo el otro. Las fuentes consultadas relataron que Larrañaga le pidió a Bonomi que hablara más claro, pero este tampoco entendió el pedido, “como suele pasarle a cualquiera que escuche al Guapo”.

Pero ayer Bonomi reiteró, esta vez ante la prensa, que no planea interpelar a Larrañaga, por lo que el tema quedó aclarado. El actual ministro del Interior opinó que “en una interpelación se necesita que por lo menos a uno se le entienda algo. Si tanto el miembro interpelante como el interpelado hablan como si tuvieran una papa en la boca, el resto del país no va a entender nada. Tenemos que ser autocríticos”.

Desde el gobierno electo reconocieron que la elección de Larrañaga como sucesor de Bonomi tiene como objetivo mantener “una continuidad”. “Siempre dijimos que hay que mantener lo que está bien. Y haber puesto como ministro a alguien a quien no se le entiende es una maniobra brillante, porque desconcierta a los delincuentes, que no pueden enterarse de los planes del ministerio. Esa política queremos mantenerla”, adelantó una fuente del gobierno electo.