Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

Las medidas anunciadas ayer por el Poder Ejecutivo apuntan, sin que todavía estén muy claros los números, a aliviar los efectos económicos de la emergencia sanitaria para las empresas –con especial énfasis en las de menor porte y las unipersonales–, y para las personas en condiciones extremas de vulnerabilidad, reafirmando una vez más los aumentos de tarifas y del IVA para compras con tarjeta a partir del 1º de abril. Desde el Frente Amplio (FA), el PIT-CNT y otras organizaciones sociales se insiste en la postergación de esos aumentos y se proponen numerosas medidas adicionales, sin que tampoco haya una previsión precisa de costos y fuentes de financiamiento.

Estamos ante dilemas políticos que conviene resolver del modo más democrático posible. Aunque no hayamos llegado al extremo de la “cuarentena obligatoria” que impuso ayer el gobierno de Argentina, con enormes consecuencias económicas y sociales, es muchísimo lo que está en juego.

Es preciso tomar en cuenta una gran diversidad de realidades, prever y sopesar pros y contras para muy distintos sectores, y lograr que las conclusiones sobre lo que es “mejor para todos” estén respaldadas por amplios consensos. Las desigualdades y los conflictos básicos no dejan de existir debido a la crisis: se trata de evitar su agravamiento, y para lograr eso no convienen la docilidad y el silencio, sino procurar que las distintas posiciones se expresen y se discutan en forma articulada y seria. Sólo así es posible lograr acuerdos sólidos y sostenerlos.

Es inevitable, entonces, que se haga política. Ayer la hizo la bancada del Frente Amplio (FA), que propuso reunir a los partidos, las organizaciones sociales y la academia para buscar un “gran acuerdo nacional” sobre objetivos y procedimientos para “atender la situación sanitaria, económica y social”, y adelantó una decena de propuestas para un “plan de reactivación nacional”. También hizo política el senador Guido Manini Ríos con una filmación en la que se declaró partidario de postergar los aumentos tarifarios y manifestó otras opiniones propias sobre el modo de superar la crisis, de la que hizo responsable en gran medida al anterior gobierno frenteamplista, aunque dijo que “este no es el momento de pasar cuentas”.

El FA reclama desembolsos estatales que propone solventar, por lo menos en parte, con dinero destinado a “gastos que no deben ejecutarse en esta coyuntura”, pero no manejó números concretos. Sí sacó algunas cuentas preliminares el PIT-CNT: según sus cálculos, dos meses de ayuda económica a unas 400.000 personas que la necesitarán para sobrevivir costarían aproximadamente 500 millones de dólares, que considera viable tomar de las reservas estatales.

Lo de Manini causó, como era esperable, molestias en la “coalición multicolor”. “Hemos planteado al Poder Ejecutivo la necesidad de postergar la suba de las tarifas públicas”, dijo el conductor de Cabildo Abierto, y esto crea dudas incómodas sobre el lugar en que se ubican él y su partido. Todos suponíamos que formaban parte del Ejecutivo, con dos representantes en el Consejo de Ministros.

Hasta el lunes.