Anastasia (artista plástica reciclable): “Estoy reduciendo mis desplazamientos al mínimo. Creo que es una cuestión de responsabilidad social, y también de solidaridad. El BMW lo guardé, uso mi chofer para todo. En casa también trato de moverme poco, y le pido al mayordomo que me lleve en brazos. Puede parecer extremo, pero no sé, en la época de la esclavitud la gente vivía así, y tan mal no le iba. Tenían menos salud y menos bienestar material, pero en el fondo eran mucho más felices”.

Nicanor (proctólogo de reserva): “El aislamiento puede ser una linda oportunidad para pasar más tiempo en familia, algo que a veces dejamos de lado por la vorágine de los tiempos en que vivimos. Yo entiendo que haya gente que se queje de la esposa y de los hijos, pero en mi caso soy un afortunado, porque tengo dos familias, así que puedo elegir con cuál me quedo. En principio voy a optar por la oficial, aunque mi amante y mis tres hijos ilegítimos también tienen mucho para ofrecerme”.

Sandrina (veterinaria de incógnito): “En las situaciones difíciles es cuando se ve la verdadera naturaleza de las personas. Ahora nos vamos a dar cuenta de quién es solidario y quién no. De quién es responsable y quién no. De quién es bienintencionado y quién no. Y también de quién es resistente y quién no, porque el coronavirus se va a llevar a los débiles y va a dejar en este mundo a los más fuertes. En ese sentido, creo que va a ser una especie de purga muy saludable para nuestra especie”.