Uno de los temas que más controversia generaron tras la primera semana de la presidencia de Luis Lacalle Pou fue el de los procedimientos policiales en los que, según algunas organizaciones sociales y partidos políticos, se cometieron excesos. Desde el gobierno defienden la nueva estrategia, aunque también indican que tiene “algunas limitaciones”. “Se le va a pedir la cédula a cualquier persona que camine por la calle. El que no esté metido en nada raro no tiene por qué preocuparse. Se ha manejado también la posibilidad de pedirles la cédula a los intendentes del Partido Nacional [PN] cada vez que vayan a tomar una decisión, pero eso lo descartamos”, adelantó una fuente del Ministerio del Interior (MI). Explicó que “si bien hay motivos para controlar la actividad de estas personas, pedirles la cédula cada vez que tienen que aprobar una compra o una contratación sería impracticable. Tenemos que establecer más controles, pero una medida como esa implicaría paralizar la actividad de las intendencias”.

Preocupación entre los blancos

Las renuncias de intendentes nacionalistas al PN están causando preocupación entre los dirigentes de la colectividad política. Carlos Moreira, de Colonia, renunció en octubre, y ayer hizo lo mismo Agustín Bascou, de Soriano. “Ya tuvimos dos casos y está pendiente el de [el intendente de Artigas] Pablo Caram. El problema es que en el partido no tenemos tantos afiliados, eso es más cosa del Frente Amplio. Así que si siguen renunciando intendentes nos vamos a desfinanciar”, reconoció un dirigente nacionalista. “Digamos que lo que se vive ahora es una puja interna entre la Comisión de Ética, que pide que sancionemos y aceptemos renuncias, y la Comisión de Finanzas, que quiere que nadie más renuncie”, agregó el dirigente.