Mantener el estilo y la elegancia es siempre un desafío, pero en estos tiempos de crisis sanitarias y encierro obligatorio es mucho más difícil aún. Porque, reconozcámoslo, la tentación de aprovechar el aislamiento para bajar la guardia y empezar a vestirnos todo el día de jogging, pantuflas y camisas que no combinan es muy grande. Quienes tratamos de mantener el buen gusto como brújula no sólo en las ocasiones especiales sino también en nuestra vida cotidiana tenemos la responsabilidad de enseñarles el camino a los que vienen detrás. Sobre todo ahora, cuando la izquierda resentida-marxista-estalinista ha lanzado una cruzada vía Whatsapp para crucificar a las personas exitosas, responsabilizándolas por la llegada del coronavirus a Uruguay, ridiculizándolas y exponiéndolas al escarnio público, es fundamental que mantengamos no sólo nuestros valores sino también nuestra manera de vestirnos, de decorar el hogar y, en definitiva, de andar por la vida. Recuerden: al coronavirus lo derrotamos entre todos, pero en la lucha contra el mal gusto, la mediocridad clasemediera y la fealdad del socialismo real estamos completamente solos. Nada debemos esperar sino de nosotros mismos.