Sabrina (profeta del pasado): “Lo de la caballada me pareció una maniobra burda de los blancos. O sea, no me cabe duda de que los jinetes fueron por propia voluntad, pero a los caballos claramente los acarrearon contra su voluntad, o, en el mejor de los casos, a cambio de un poco de heno. Porque ningún animal que conozca mínimamente sus derechos votaría otra cosa que al Frente Amplio, que son los únicos que combaten las jineteadas. Capaz que algún caballo de derecha hay, pero son los menos”.

Ramón (acomodador de zapallos): “Como no tengo televisión solamente vi en las redes los videos de Beatriz Argimón sacándose la manito de su esposo de encima, de Loli Ponce de León mirando a un tipo y de un adolescente festejando la vuelta de la libertad. De los discursos de Luis Lacalle Pou, los gestos del gobierno saliente y todo eso no vi nada. Lo que pasa es que en mi casa me enseñaron que la televisión te estupidiza y te vuelve inculto, así que nunca tuve una, para no ser un teletarado”.

Larissa (agente policial inmobiliaria): “En la plaza Independencia había pila de sillas vacías. Fue una desinteligencia por parte del gobierno, que podría haber invitado a escolares para llenar los claros o regalar entradas en la radio. Por suerte, los extranjeros deben haber pensado que había poca gente por el coronavirus, así que en lugar de quedar ante el mundo como un presidente con poco respaldo popular, Lacalle Pou quedó como un líder preocupado por la salud del pueblo”.