Una niña de Canelones envió la semana pasada una carta al presidente Luis Lacalle Pou en la que ofrecía todos sus ahorros (120 pesos) para que fueran utilizados en la lucha contra el coronavirus. La iniciativa conmovió a muchos, y el propio mandatario la llamó para felicitarla, pero también recibió críticas. “Esta jovencita claramente no entiende nada de economía. Si bien es comprensible que en tiempos de crisis se justifique hacer un aporte económico mayor para solventar los gastos del Estado, entregar el 100% del capital es una locura”, escribió en Twitter un profesor de economía de la Universidad de Montevideo.

Un especialista en derecho tributario opinó, por su parte, que el caso de esta niña “viene a desnudar una vez más el pésimo nivel de la educación en Uruguay, y a evidenciar que es fundamental que en las escuelas haya más y mejor educación financiera”. “Por más que esta niña haya obrado con buenas intenciones, no es bueno que los niños crean que engordar al Estado es una buena herramienta para salir de las crisis”, agregó.

Un dirigente de la Asociación Rural del Uruguay atribuyó el “desliz” de la niña al “coqueteo irresponsable de las autoridades con el keynesianismo”. “Hay que pensarlo dos veces antes de citar a John Maynard Keynes, porque, como ocurrió en este caso, los niños pueden estar escuchando. La confusión que se puede provocar en sus pequeños cerebros en formación es altamente peligrosa”.