Lucho (operador de redes en buques pesqueros): “Estoy de acuerdo porque es una forma de irnos contagiando e inmunizando todos. Porque, vamos a ser honestos, la vacuna contra el coronavirus va a demorar en salir, y más aún en llegar a Uruguay. La única forma de conseguirla va a ser comprándola por internet en Estados Unidos, y con el trato que le dan en la aduana a los paquetes seguro que te llega hecha mierda. Esto no lo digo como consumidor, sino como científico, porque también soy astrólogo”.

Filomena (entrenadora de gatos de carrera): “Hay que mantener el equilibrio con las tres perillas, como dijo Luis Lacalle Pou. Es buena la metáfora, aunque me dejó preocupada. ¿No estaremos en manos de un presidente que aprendió a gobernar con videojuegos? Porque hace tiempo había un jueguito en el que tenías que manejar tres perillas y evitar que Frankenstein cayera en el aljibe. Ojo, no lo juzgo, pero espero que por lo menos fuera bueno jugando y no de los que se quedaban en la tercera pantalla”.

Homero (maratonista de cercanías): “A mí no me jodan, aflojan la piola ahora porque en Carrasco ya se infectó todo el mundo. Si Carmela Hontou hubiera sido una vendedora de tortas fritas que contagió a los asistentes a un cumpleaños de quince celebrado en una cancha de pádel abandonada, estaríamos en cuarentena obligatoria. Pero no; como el brote arrancó en Carrasco, donde todos andan con todos y tienen los mismo apellidos, así que están recontrainmunizados, se acabó la crisis”.