El presidente Luis Lacalle Pou recibió el martes a los voceros del Movimiento Ciudadano UPM2 NO, quienes proponen que el Estado rescinda el contrato con la multinacional de la celulosa debido a la pandemia del coronavirus. Varias fuentes del Poder Ejecutivo consideran que las chances de que el gobierno tome esta decisión son “muy bajas”. “Lo de UPM2 no tiene vuelta atrás, sobre todo porque la empresa jugó muy bien sus cartas. Eso de impulsar a Patricia Wolff, Gustavo Salle, César Vega y Eduardo Lust como voceros del movimiento contra la construcción de la segunda planta fue un hallazgo”, explicó un alto funcionario del gobierno. Es que en la Torre Ejecutiva están “absolutamente convencidos” de que UPM realizó una “maniobra de contrainteligencia” con el objetivo de colocar al frente de la oposición a la planta sobre el río Negro “a personas que jamás nadie va a tomar en serio”. “No sé cómo lo lograron, pero fue una jugada maestra”.

La fuente consultada dijo, además, no tener dudas con respecto a que UPM está financiando la campaña del movimiento. “Invertir en esta gente es muchísimo más barato y efectivo que gastar plata en lobistas. La estrategia de cualquier lobista sería tratar de imponer la idea de que la planta no contamina. Con Salle, Vega y todos esos, la idea que le queda a la gente es que hay que estar muy mal de la cabeza para oponerse a UPM2. Además, la perspectiva de quedar asociado a ellos asusta a cualquiera”.