Semanas atrás el concejo de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de la República tomó conocimiento de los artículos destinados al bienestar animal que se incorporan dentro de la ley de urgente consideración planteada por el Poder Ejecutivo. Allí se incluye la creación de un Instituto Nacional de Bienestar Animal conformado por un representante del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), otro de la Comisión Nacional de Zoonosis, otro del Ministerio del Interior, otro del Congreso de Intendentes, otro de las agremiaciones rurales, otro de las protectoras de animales y otro de dicha facultad.

Este último fue propuesto por el propio concejo y aceptado por las autoridades que redactaron la ley, lo cual es un gran paso en la profesión, ya que históricamente las decisiones inherentes a la salud y el bienestar animal han omitido el asesoramiento veterinario.

Luego de esta incorporación, la Sociedad de Medicina Veterinaria del Uruguay también pidió ser parte de las altas esferas del nuevo instituto. Por ese motivo su presidenta fue recibida días atrás en la Torre Ejecutiva, y según se supo el reclamo fue escuchado y es posible que, además de los mencionados representantes, se sume un profesional veterinario independiente.

El solo hecho de crear un instituto independiente del MGAP, con mayor alcance que la actual Comisión de Tenencia Responsable y Bienestar Animal, integrado además, entre otros actores, por profesionales de medicina veterinaria, es un avance que podría verse con buenos ojos desde los colegas.

Dentro de las potestades y las funciones del nuevo instituto figuran planificar, dirigir y evaluar programas tendientes a la protección, promoción y concientización de la tenencia responsable, así como organizar y coordinar campañas de información y difusión. También se apuntará a crear y desarrollar el Sistema de Identificación y Registro de Animales de Compañía.

Otro gran aporte tiene que ver con disponer y ejecutar acciones dirigidas al control de la reproducción de mascotas y a la realización de campañas de adopción de animales de compañía.

En materia científica, se contempla el fomento de investigaciones y estudios relacionados con la situación, el comportamiento y la protección de los animales. Del mismo modo, se recabará información acerca del total de animales de compañía y se organizarán, implementarán y supervisarán campañas de identificación y esterilización, en caso de aplicarse.

Dentro de otras competencias, se destaca además la instalación de centros de castración, distribuidos en todo el país en función de la población y la cantidad de animales aproximada de la zona, a través de un Programa Nacional de Castraciones, cuyo objetivo será implementar intervenciones quirúrgicas de perros y gatos, tanto hembras como machos, que deberán ser identificados y registrados junto al tenedor correspondiente en el Registro Nacional de Animales de Compañía.

En la órbita del nuevo instituto propuesto, también se creará un Registro de Prestadores de Servicios, en el que se deberán inscribir para ser autorizados los refugios o albergues para animales, los criaderos, los servicios de paseadores o de adiestradores, así como las empresas dedicadas a la fabricación o comercialización de alimentos, elementos de higiene, vestimenta y accesorios para animales de compañía.

La ley apunta, al mismo tiempo, a la creación y la gestión de un Programa Nacional de Albergue de Animales Callejeros cuya función, además de la relacionada con su protección y bienestar, será descomprimir la situación actual de perros vagabundos y refugios repletos.

Si bien aún falta afinar detalles y la puesta en práctica de los diferentes cometidos, parece buena cosa que el Estado comience a intervenir en lo referente a los animales de compañía y la salud pública. Actualmente no se sabe a ciencia cierta el número, la distribución y la situación de las mascotas en Uruguay, así como tampoco se tienen datos sobre los centros especializados y los profesionales que brindan herramientas para informar, prevenir, controlar y dar respuesta a una problemática que hoy en día involucra a diferentes actores de forma independiente, sin una línea conductora que los asesore y controle.

Resulta bastante injusto que los tenedores de mascotas tengan una serie de obligaciones sin que se les brinden las herramientas adecuadas para proceder de forma correcta.

Queda mucho por recorrer, aprender y modificar, pero es una buena cosa que exista un centro que se encargue de eso. El resto se verá.