Una de las medidas adoptadas por el gobierno en el marco de la emergencia sanitaria fue comenzar a aplicar la política de “cero kilo” en las fronteras. Esta disposición, cuyo objetivo es proteger la actividad comercial local y desestimular el tránsito de personas en las fronteras, llevó a que varios emprendedores tuvieran que adaptarse. Es el caso de los narcotraficantes, que antes enviaban la cocaína a Europa en paquetes de un kilo y ahora comenzaron a empaquetar la sustancia de a 999 gramos. “Para nosotros es una complicación extra muy grande, porque con el confinamiento en los países europeos la gente no sale y por ello consume mucho menos merca. Si ahora encima nos hacen desempaquetar y empaquetar de nuevo todo el material que nos llega, nuestro negocio se vuelve prácticamente inviable”, declaró un empresario del rubro que opera a través del puerto de Montevideo. Si bien la medida está destinada a la entrada de mercadería al país y no a la salida, los narcos prefieren “no correr riesgos”. “Estamos en un momento muy complicado”.

La reducción en el tamaño de los paquetes que salen desde Montevideo ya causó algunos inconvenientes en la cadena de tráfico de cocaína. “Cuando los compradores de allá ven que a todos los paquetes les falta un gramo empiezan a sospechar que los mensajeros encargados de transportar la droga se lo quedaron. Ya han matado a varios. Esperemos que esto no dure mucho”, declaró el narcotraficante consultado.