Esta vez zafamos. Pero cuidado, chicas: el enemigo acecha. Todas pensábamos que la llegada de este nuevo gobierno iba a ponernos definitivamente a salvo de la burocracia, ese gigante que avasalla las libertades individuales y el orden republicano, pero algunos acontecimientos recientes nos demostraron que la cosa no era tan fácil. Sí, acertaron: me estoy refiriendo al intento de presupuestar a casi 1.000 empleados de Antel. “¡Pero si nuestro presidente corrigió la situación!”, me dirán. También acertaron, pero con este episodio quedó bien en claro que las oscuras fuerzas del estatismo están al acecho y no se les puede dar ni un centímetro de ventaja. “¿Qué tiene esto que ver con el cuidado del hogar y de la familia?”, se preguntarán ustedes. Pues bien, les respondo con otra pregunta: ¿qué pasaría si un día alguno de nuestros peques vuelve de la escuela con la noticia de que acaba de ser presupuestado como funcionario público? Piénsenlo y después me cuentan.