Simoneta (fanática part-time): “Yo me pregunto, ¿qué necesidad había de que Uruguay se metiese en ese lío entre extranjeros? Desde el gobierno dicen que esto honra las tradiciones uruguayas. Pero ¿de qué tradiciones me hablan, si nosotros le declaramos la guerra a Alemania cuando Hitler estaba amartillando su arma para darse un corchazo? Habría que haber dejado a los tripulantes varados y, cuando estuviera a punto de terminar la pandemia, los rescatábamos”.

Luciano (sommelier de jugolines): “Me parece indignante que sea Talvi el que aparece en todos lados. ¿Desde cuándo el tema de los cruceros es resorte de la cancillería? Ahí tendría que haber estado el ministro de Turismo. Está bien que el tipo sea un casi completo desconocido, pero también hay que tener en cuenta que estos tripulantes son lo más parecido a turistas que vamos a tener en los próximos 18 meses. Que no sean malos y le tiren un salvavidas a este muchacho cuyo nombre no recuerdo”.

Janet (maquilladora de cifras): “Cuánta falta de sensibilidad, por Dios. Está lleno de uruguayos que viven en la calle o en asentamientos, muertos de frío, y a estos tipos que no tienen nada que ver con nosotros los meten en tremendo hotel cinco estrellas. De última los hubieran mandado a un telo, que con esto del coronavirus están vacíos. Porque además ya sabemos el tipo de costumbres que tienen los marineros. Yo prefiero que esas cosas las hagan ahí y no en un hotel familiar”.