El sábado llegó al Aeropuerto de Carrasco un nuevo vuelo humanitario con uruguayos o residentes en el país que estaban varados en el extranjero debido a la crisis de la covid-19. El avión de Amaszonas provenía de San Pablo, pero traía pasajeros de otros puntos de Brasil, entre ellos un uruguayo que viajó a ese país en 2012 con un pasaje de Pluna y no pudo regresar a Uruguay tras el quiebre de la aerolínea. “Si el gobierno me llevó hasta allá, el gobierno me tenía que traer. Me negué a comprar un pasaje en otra aerolínea”, relató el ciudadano uruguayo. Originalmente este turista había viajado al nordeste brasileño, en donde se quedó varado. Al enterarse de que la cancillería estaba armando un vuelo humanitario, viajó a San Pablo. “La verdad es que me tendrían que haber ido a buscar al nordeste, que fue donde me dejaron en 2012, pero no confío tanto en el gobierno, así que decidí tragarme mi orgullo y agarrar viaje. Además, ya estaba extrañando a mis hijos. El menor terminó la escuela, hizo todo el liceo y entró a la facultad mientras estuve afuera”.

Desde el gobierno consideraron que este turista tuvo suerte de poder entrar en este vuelo, ya que los aviones de Amaszonas vienen “repletos”. No ocurre lo mismo con el Hércules de la Fuerza Aérea Uruguaya. Según explicó una fuente de cancillería, “hay mucha gente que prefiere enfermarse de covid-19 en el exterior antes que subirse a un avión militar uruguayo”.