40 ciudades de Estados Unidos, entre ellas Washington, decretaron toque de queda ante las manifestaciones y disturbios que se desataron tras el asesinato de un hombre negro a manos de un policía blanco. La inestabilidad en las calles es tan grande que el presidente Donald Trump se refugió en un búnker en la Casa Blanca el domingo. Ayer, el mandatario consideró “pertinente” hacer algunas aclaraciones. “Es probable que los medios mentirosos salgan a decir que yo me escondí en un búnker de la Casa Blanca porque tenía miedo al coronavirus y quería mantener el distanciamiento social. Eso es completamente falso. Lo mío es miedo a los manifestantes, no a este virus que no se combate cerrando negocios. Que quede bien claro que sigo pensando que el confinamiento es ridículo. Si no estuviera tan asustado por los manifestantes, saldría a jugar al golf”, declaró Trump en una conferencia de prensa.

Es que la ola de protestas desatadas en medio de la crisis por el coronavirus generó muchas situaciones confusas y contradictorias. Ayer, un militante de extrema derecha reconoció ante las cámaras de la televisión estar “desconcertado” por los acontecimientos. “No sé si salir a las calles para desafiar la cuarentena impuesta por la mafia farmacéutica o quedarme en casa y respetar el toque de queda establecido para pelear contra los terroristas negros”, reconoció el activista.