Tenemos que reconocerlo, chicas, no sirve de nada ocultarlo: a todas nos encanta hablar por teléfono. Ya sea para contarle a mami lo bien que le fue a alguno de los peques en el colegio, para hacer catarsis con una amiga cuando los hombres de la casa se dedican a mirar diez horas de fútbol por día, o para ponernos al día con antiguas compañeras de la facu, el teléfono es un artículo de primera necesidad para nosotras. Pero cuidado, debemos usarlo con prudencia, porque ya no estamos en los tiempos de nuestras madres, en que una conversación telefónica era algo privado. Hoy en día, gracias a la tecnología, cualquier hacker puede acceder a nuestras charlas y, lo que es más grave, liberarlas en las redes sociales para que se vuelvan virales. Y esta práctica nefasta seguramente no haga otra cosa que aumentar durante los próximos cuatro años y medio, ya que es la elegida por el marxismo frenteamplista para deslegitimar a nuestros gobernantes y su excelente gestión, que los tiene en el primer lugar de la carrera por la reelección. Ahora más que nunca, tengamos ojo con lo que decimos.