¿Cómo fue su llegada a ultratumba?

Un tanto decepcionante. Yo pensé que acá ya no iba a tener que escuchar ringtones de celular con la música de El bueno, el malo y el feo, pero me equivoqué. La gente los sigue usando.

¿Se encontró con Sergio Leone?

Sí, por supuesto. Lo noté un poco triste con mi llegada. Creo que siempre le pesó un poco que la gente recordara más la música que cualquier otra cosa en sus westerns. Allá en ultratumba disfrutó de algunos años sin estar bajo mi sombra, pero ahora las cosas volvieron a la normalidad y por el resto de la eternidad. Es lógico que esté triste.

¿Qué diferencias pudo percibir entre el público de personas vivas y el de muertos?

Son muy diferentes. Los vivos se me acercaban para decirme que habían llorado de la emoción en la escena de los besos de Cinema Paradiso. Los muertos me cuentan que lloraron de la emoción con Charles Bronson matando gente en el desierto.

Usted dejó una carta póstuma que tuvo gran repercusión. ¿Se había imaginado algo así?

No, y me amargó bastante. Dediqué toda mi vida a la música y al momento de mi muerte, en lugar de hablarse de mis composiciones, se hablaba de un texto que escribí. Claramente fue un error de cálculo.