Clotis (diseñadora de vestuarios de estadio): “No puede ser que se pague un millón y medio de dólares por semana en comida para escolares. ¿Qué les están dando de comer, langosta y caviar? Yo no estoy de acuerdo con que mis impuestos se usen para darles a los niños comida de lujo. Aparte, si se acostumbran, después no van a querer comer otras cosas en su casa. Que les den arroz y una manzana todos los días, así cuando llegan a la casa y les sirven una milanesa quedan locos de la vida”.

Aldo (barman y ferreteríaman): “Hay que hacer un manejo más eficiente de los dineros de Juan Pueblo. Que se calcule bien cuántos menúes hay que hacer, si no es tirar la plata. Y también habría que calcular cuántas calorías necesita cada gurí. Porque no es lo mismo un niño hiperactivo que se pasa el día entero corriendo y subiéndose a los árboles, que uno introvertido que lea todo el tiempo. Si al segundo le damos menos calorías que al primero, estamos tirando plata también. Hay que gastar con eficacia”.

Lyndsay (influencer analógica): “Que no me jodan, se reparte esa cantidad de platos porque las maestras aprovechan para repetir el almuerzo tres o cuatro veces. Por eso siempre están re gordas. Estoy segura de que encima se llevan para la casa la comida, la congelan y se la comen en vacaciones. Por ese tipo de cosas creo que habría que sustituir a las maestras por maestras virtuales que den las clases vía Zoom. No hacen paro, no se roban comida, y lo mejor de todo: con una sola alcanza”.