Esta vez, la voz no es la de un hombre acorralado rugiendo lo último de su descubierto poderío, la del profesor de química vuelto fabricante de la más pura de las metanfetaminas; los versos que atraviesan praderas de kilómetros y seres amenazantes son los de una niña huérfana, pelirroja y charlatana, que expresa sus momentos de felicidad y tristeza con la misma intensidad con la que Walt vivió sus aventuras de Heisenberg en Albuquerque.

La actriz, escritora y productora de televisión Moira Walley-Beckett es canadiense, y alguna vez apareció en episodios de MacGyver. Fue coproductora de la tercera temporada de Breaking Bad y escribió, entre otros, “Ozymandias”, el mítico episodio número 14 de la quinta temporada del programa, inspirado en el soneto del poeta romántico Percy Bysshe Shelley, y uno de los preferidos de la crítica y los fanáticos de la serie.

En este caso, con Anne of Green Gables, el clásico y tradicional libro de la también canadiense Lucy Maud Montgomery en su mesa de luz, creó la serie Anne with an E, producida por CBC (la cadena de televisión pública de Canadá) y Netflix, tomó la riendas de la historia desde el puesto de showrunner y, para su adaptación, eligió un lente realista y de alta fidelidad, que aleja su versión de las cuatro adaptaciones anteriores, más cercanas a la estética de la telenovela, de pocos pixeles emocionales, blancos, negros y rosas.

Shakespeare, Lewis Carroll, Pipi Mediaslargas

Si en “Ozymandias” y con sólo unas gotas de poesía Walley-Beckett supo retratar la caída de Walt con el linaje épico y ancestral de los faraones del antiguo Egipto, la vida de Anne le resulta un campo abierto para traducir en imágenes y diálogos una infinita cantidad de versos y referencias literarias, muchas de ellas incluidas en las páginas de los libros originales que dan vida a la serie.

“Sus emociones son grandes, sus palabras son grandes”, dijo sobre Anne en entrevistas de promoción. De indudable parentesco con Pippi Mediaslargas (de la sueca Astrid Lindgren) e interpretada por la actriz mitad irlandesa, mitad canadiense Amybeth McNulty, su personaje resuelve problemas mientras recita o evoca a William Shakespeare, John Greenleaf Whittier, Lewis Carroll, Walter Scott y Lew Wallace, en escenas de su mundo imaginario de princesas, y en el real, plagado de niños y adultos villanos, en un entorno tan simple y hostil como el de su escuela o el de su vecindad campestre, en una ciudad llamada Avonlea.

“Hablo demasiado y me gusta mucho leer”, reconoció la actriz al periodista Scott Carty sobre sus similitudes con Anne, papel que le toca interpretar luego de varias pruebas de casting entre más de 200 candidatas de tres continentes.

Moira Walley-Beckett quería hacer algo que se pareciera a las películas de la directora neozelandesa Jane Campion, y sin dudas allí están el delicado clasicismo y cuidado de época de películas como El piano y Retrato de una dama, así como el uso de la iluminación al servicio del ensueño y la fantasía.

Su estilo, y su perfil adquirido en Breaking Bad, se reconocen en su énfasis en los mundos internos de sus personajes por sobre cualquier aventura. “Me interesan las historias humanas, los profundos dramas psicológicos”, contó en el programa Q, de la cadena CBC. En este sentido, las peripecias más importantes de sus personajes resultan atemporales y, entre deudas, disputas familiares y batallas contra la naturaleza, las discusiones y reflexiones de Anne giran explícitamente sobre género, feminismo, racismo, bullying y economía.

Pelirroja heroína

La primera, aunque tardía, buena noticia para Anne llega con el anuncio de su adopción por parte de los hermanos Matthew y Marilla, dos granjeros parcos –aunque de diferentes parquedades–, interpretados de forma brillante por Robert Holmes Thompson y Geraldine James. La serie gira, en buena parte, en la relación de los inexpertos padres con la impredecible adolescente, quien los cuestiona desde su natural, aunque asombrosa inteligencia y les reinicia sus viejas preguntas y sus dramas silenciados con rutina.

Luego de las presentaciones de los primeros capítulos, la autora de la serie pone a brillar a sus tres personajes principales, y juega con el contraste de los adultos poco interesados en las olas y la joven zambullida por completo, y va más allá, buscando encontrar los dos mundos entre las arrugas y las miradas nocturnas de los hermanos, y los raros momentos de serenidad de la nueva Cuthbert.

Anne with a E se estrenó en 2017 y tiene tres temporadas, disponibles ahora también en Netflix en Uruguay. En enero de este año, una cuarta temporada quedó en suspenso y casi suspendida definitivamente, después de que CBC no se pusiera de acuerdo con el gigante de la televisión por streaming, o mejor dicho, luego de darse cuenta de que Netflix se estaba quedando con la mayor parte de la torta. Sin embargo, la sorpresiva respuesta de los fans, con una campaña en las redes sociales y el hashtag #RenewAnnewithanE reproducido más de un millón de veces, obtuvo como resultado un nuevo hype que podría resultar en nuevas aventuras de la pelirroja heroína.