Los niños son ilusos por naturaleza, y a la hora de soñar con algo lo hacen en grande. Pero debido a este entusiasmo para imaginar mundos y situaciones, las decepciones también pueden ser muy grandes. Seguramente las mamis ya se imaginan por dónde viene la cosa. Sí, exacto: el anuncio de que quizá podría nevar en Uruguay hizo que los peques fantasearan con un jardín cubierto de blanco y un muñeco de nieve con una zanahoria como nariz y dos ramas como brazos, pero finalmente lo único que cayó fue un vulgar granizo, por lo que nuestros chicos vivieron una gran decepción. Ahora la labor de las mamis es explicarles que nuestras expectativas no siempre se cumplen. Y no está de más hacerles entender también que, de no haber sido por los tres gobiernos marxistas leninistas que padecimos en los últimos 15 años, las arcas del Estado tendrían dinero de sobra para llevar nieve a todos los hogares. O, por lo menos, a aquellos que están en condiciones de aprovecharla. Este también puede ser un gran aprendizaje para la vida.