Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

Los representantes del oficialismo en la Comisión de Expertos en Seguridad Social (CESS) dieron a conocer ayer su propuesta de recomendaciones al Poder Ejecutivo para la reforma del sistema. Fue inesperada en varios sentidos, y puede tener consecuencias relevantes. Los demás actores políticos y sociales representados en la CESS deberán tomar decisiones difíciles y repensar sus alianzas, sin perder de vista los posibles efectos en la opinión pública.

Esta perspectiva se debe, ante todo, a que una de las recomendaciones es igualar gradualmente los regímenes de las cajas militar, policial, bancaria, notarial y de profesionales universitarios con los del sistema general. Igualar significa obviamente, en este caso, disminuir las ventajas relativas que ofrecen en la actualidad esas cinco cajas.

La CESS había dejado de reunirse mientras sus integrantes oficialistas procesaban una discusión interna. El plazo para la entrega de recomendaciones se fue extendiendo, y una de las posibilidades manejadas fue que sólo se aconsejaran lineamientos generales, sin ingresar al terreno de las medidas concretas y la previsión de sus efectos, que quedaría en manos del Ejecutivo.

Por el contrario, el documento presentado ayer contiene propuestas muy concretas sobre temas tan diversos y significativos. Entre ellos, el aumento de la edad mínima para jubilarse y el del mínimo de prestaciones con independencia del aporte previo, la revisión de las actuales bonificaciones, cierto contrapeso a las desigualdades de género y todo lo relacionado con las AFAP.

No es, por supuesto, un texto definitivo. Ahora comienza un período de negociación entre los oficialistas y los otros seis integrantes de la CESS que representan al Frente Amplio, las cámaras empresariales, el PIT-CNT y la Organización Nacional de Asociaciones de Jubilados y Pensionistas del Uruguay.

Luego vendrá otra etapa en la que el Ejecutivo elaborará un proyecto de ley que puede o no tener en cuenta las recomendaciones, y se abrirá el debate parlamentario. En ese proceso pueden ocurrir muchas cosas, pero algunas ya ocurrieron ayer y no son nada menores.

Salta a la vista la alta probabilidad de que los sectores vinculados directamente con las cinco cajas mencionadas se opongan a la propuesta, y no es menos evidente que esos sectores tienen alta capacidad de presión. Además, presentarse como defensor de sus intereses es muy tentador para partidos, sectores y dirigentes, y si sus aliados tradicionales no lo hacen, otros querrán ocupar ese lugar.

Dentro del oficialismo puede haber resistencias importantes a las recomendaciones presentadas en su nombre. Entre ellas hay que prever las que pueden surgir desde Cabildo Abierto en relación con la caja militar, pero sobran motivos para pensar que no van a ser las únicas.

El Frente Amplio y el PIT-CNT afrontan sus propios problemas. Muchos de sus dirigentes han reclamado la equiparación del régimen jubilatorio de los militares con el de la mayoría de la población, pero hay que ver si aceptan comprometer, por ejemplo, sus vínculos con los profesionales universitarios y los trabajadores bancarios. No cabe duda de que viviremos tiempos interesantes.

Hasta mañana.