Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

La emergencia sanitaria contribuye a que algunas intenciones e iniciativas de los partidos oficialistas queden en segundo plano, relativamente inadvertidas, pero eso no significa que hayan dejado de existir. En varios casos apuntan a revertir políticas de los gobiernos frenteamplistas menos notorias que las laborales, tributarias o de seguridad, pero no menos importantes.

En esta edición hay noticias referidas a dos de las políticas que se ven amenazadas. Una es la de combate al tabaquismo, que fue una bandera de Tabaré Vázquez en sus dos mandatos. Otra es la que apuntó a visibilizar y combatir distintos aspectos de la desigualdad y la violencia de género en el ámbito de “lo privado”, y que tuvo una de sus manifestaciones en la modificación de normas y prácticas vinculadas con los derechos de la infancia en el marco de la separación legal de parejas.

Cuando los integrantes de la coalición de gobierno nacional eran opositores, muchos de ellos fomentaron los sentimientos de rechazo a esos cambios en una parte de la sociedad, que ahora espera y demanda la restauración del estado de cosas previo a 2004. Como no se trataba sólo de promesas para ganar votos, sino también de una genuina voluntad de dar marcha atrás, es lógico y esperable que aparezcan proyectos y resoluciones en tal sentido.

Pero también es lógico y esperable que otra parte de la sociedad (la que impulsó y logró los cambios en cuestión, o los aceptó como avances) ahora los defienda y cuente con activos representantes partidarios, incluso dentro del oficialismo.

Desde hace años hay grupos militantes que invocan la defensa del derecho de los padres en las separaciones, y a menudo sostienen un relato acerca de crecientes e injustos privilegios para las mujeres, sobre todo en lo relacionado con la tenencia de hijas e hijos y con el régimen de visitas. Según ese relato, las decisiones del Poder Judicial en este terreno tienen un sesgo sistemático contra los varones, a menudo porque aceptan falsas denuncias de violencia y abusos presentadas por sus exparejas.

Sería imprudente descartar de plano la posibilidad o la existencia de denuncias falsas, pero aún más insensato, y peligroso, sería ignorar que en varios de esos grupos militantes ha sido notoria la presencia de verdaderos violentos y abusadores, que intentan presentarse como víctimas pero son en realidad victimarios.

Ahora legisladores del Partido Nacional y de Cabildo Abierto han presentado sendos proyectos sobre “corresponsabilidad en la crianza” y “tenencia compartida responsable”. Su principal y grave riesgo para la infancia es que garantizan a personas denunciadas el derecho de seguir en contacto o conviviendo con sus hijas e hijos mientras no haya una “sentencia firme de condena” o resultados de “pericias psiquiátricas y psicológicas” a ambos integrantes de la pareja separada.

Cabe esperar que el debate sobre este delicadísimo asunto reciba toda la atención que merece, y que no haya nada parecido a un alineamiento automático de los partidos oficialistas con estas iniciativas, que por cierto no estaban previstas en los acuerdos preelectorales de la “coalición multicolor”.

Hasta mañana.