Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

Hoy comienzan paros en la Universidad de la República (Udelar) y Secundaria. Los motivos se centran en el reclamo de más recursos presupuestales, para incidir en el debate parlamentario del proyecto de Rendición de Cuentas, y en el rechazo al comienzo de la reforma curricular anunciada por la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP).

La bancada oficialista anunció la semana pasada que había acordado reasignar partidas para aumentar las destinadas a la Udelar y que volvería a la idea original de eliminar el adicional del Fondo de Solidaridad, compensando a la universidad pública por la pérdida de este ingreso, pero las noticias no resultaron tan regocijantes como se pudo pensar.

La reasignación a la Udelar se presentó como una respuesta a sus demandas para aumentar las horas docentes (adecuándolas al incremento del alumnado) y continuar con el desarrollo fuera de Montevideo, pero había solicitado 690 millones de pesos y el oficialismo anunció sólo 160 millones. Además, no se contempló el refuerzo de becas estudiantiles y está pendiente la cuestión nada menor de la recuperación salarial docente.

Por otra parte, el adicional del Fondo de Solidaridad se eliminará gradualmente a partir de 2024, y la compensación prevista para la Udelar, a cargo de Rentas Generales, sólo cubre lo que no recibirá ese año. En los siguientes, hasta 2027, la pérdida será progresivamente mayor, pero no está previsto si se compensará: el Parlamento surgido de las próximas elecciones nacionales heredará la situación y tendrá que ver cómo la maneja.

A lo antedicho se agregan los reclamos presupuestales desde gremios y sindicatos de Secundaria, pero el presidente Luis Lacalle Pou y el ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, presentaron la cuestión aludiendo sólo a la resistencia contra el proyecto de reforma, y además lo hicieron con un discurso engañoso.

Lacalle Pou afirmó que estas medidas “siempre terminan castigando a los alumnos”, quienes “vienen castigados hace mucho tiempo”. Esto es exactamente lo que se puede decir sobre el retaceo y recorte de recursos, pero el presidente se refería a los paros, e hiló en pocas palabras un relato en el que los asoció con el descenso del nivel educativo y alegó que por eso es necesaria la reforma planteada (que, por cierto, nada tiene que ver con la Udelar ni con la posibilidad futura de movilizaciones).

Da Silveira fue aún más osado al sostener que los sindicatos “se arrogan el derecho de interrumpir esta reforma, que fue dos veces respaldada por la ciudadanía en las urnas”. El ministro arguye que las elecciones de 2019 y el referéndum sobre 135 artículos de la LUC hace seis meses fueron pronunciamientos a favor de un proyecto cuyas líneas generales comenzaron a esbozarse a mediados de este año, y del que aún se ignoran aspectos clave (esa es, justamente, una de las razones por las que gremios y sindicatos reclaman que postergue su implementación).

La ANEP es un ente autónomo y lo que opine Da Silveira sobre el proyecto de reforma no tiene mucha relevancia, pero quizá sería mejor que no echara leña a un fuego que ya se está convirtiendo en incendio.

Hasta mañana.