Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

La cuestión del precio de los combustibles es una piedra en el zapato del Poder Ejecutivo. El aumento en estos años incumple promesas electorales y potencia la acelerada inflación, no sólo por sí mismo sino también porque encarece muchos otros productos que deben trasladarse antes de su venta al público. Por lo tanto, se busca el modo de moderar ese incremento, y cabe destacar que los planteamientos no llegan exclusivamente del oficialismo, sino también desde la oposición frenteamplista, que no opta por sentarse a ver cómo se le complica la vida al gobierno nacional ni aplica aquello de que “cuanto peor, mejor”.

Una de las propuestas que están sobre la mesa fue lanzada a fines del año pasado por el senador nacionalista Sergio Botana, e implica variaciones del impuesto específico interno (Imesi) que se aplica a los combustibles. La idea es que, dentro de ciertos límites, los aumentos del petróleo sean acompañados por reducciones del Imesi, y viceversa. El dinero recaudado cuando el crudo baje iría a un Fondo de Amortiguación de Precios de las Naftas, administrado por el Ministerio de Industria, Energía y Minería, y con él se cubriría un subsidio cuando el precio internacional suba.

Esto significaría que las bajas del precio internacional no fueran tan beneficiosas para el público y que las alzas no fueran tan perjudiciales, como si la gente fuera forzada, en la primera situación, a prestarle dinero al Estado para atender la segunda. En todo caso, es obvio que el mecanismo presentaría por lo menos dos problemas.

Tal fondo no existe hoy y el crudo está en alza, así que en primera instancia la amortiguación tendría que realizarse con fondos de Rentas Generales. Además, la prometida rebaja del precio de los combustibles sólo podría verificarse en períodos de sostenida caída del costo de importación.

Por otra parte, la propuesta de Botana se refiere al precio “de las naftas”, y si se toma al pie de la letra no tendría efectos sobre el del gasoil, cosa que llama mucho la atención porque ese combustible es el que el oficialismo más interés tiene en abaratar. Quizá se trate de un error de redacción.

Una iniciativa del Movimiento de Participación Popular, que se conoció la semana pasada y sobre la que el Frente Amplio aún no ha tomado posición, propone un subsidio estatal directo, mediante un Fondo de Estabilización del Precio de los Combustibles.

Está por verse que las iniciativas para contrarrestar el aumento de precios de los combustibles y sus efectos sean aceptadas por el equipo económico. Es cierto que el Ejecutivo viene subsidiando desde hace meses esos precios, al decretar incrementos por debajo del precio de paridad de importación calculado por la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua, pero eso no quiere decir que pueda y quiera mantener tal práctica.

La intención obvia del subsidio fue prevenir expresiones de descontento popular en el referéndum del 27 de marzo, pero continuar por ese camino requiere desembolsos estatales que conspiran contra la reducción del déficit fiscal, y poca gracia les hace a la Oficina de Planeamiento y Presupuesto y el Ministerio de Economía y Finanzas.

Hasta mañana.