Hay voces de la oposición y en parte algunas del oficialismo que coinciden en que la variabilidad del precio de los combustibles tomando como referencia el valor internacional del barril de petróleo, en un contexto de alza de este commodity, tiene graves efectos en el mercado interno. Ante esto, a nivel político surgen propuestas en busca de estabilizar el precio al consumidor en las estaciones de servicio, y hay coincidencias en el fondo de la cuestión, aunque no en la forma específica para llegar a ese objetivo.

La semana pasada se conocieron diez posibles medidas desde el Frente Amplio (FA) para mitigar el impacto de la inflación, entre las que se encuentra la creación de un Fondo de Estabilización de Precio de los Combustibles, con recursos surgidos de Rentas Generales –la caja del Estado–, “para amortiguar el impacto de la suba de los combustibles”. Según plantea el documento, “de esta forma no sería afectada la rentabilidad de Ancap ni la regla del PPI [precio de paridad de importación]”, creada por la ley de urgente consideración (LUC).

Según supo la diaria, el texto difundido públicamente causó “sorpresa” en algunos legisladores, ya que no surgió con el aval de toda la fuerza política, y se aclaró posteriormente que se trata de una serie de medidas elaboradas por el Movimiento de Participación Popular (MPP) para discutir a la interna del FA. El sector aún trabaja en ellas y luego será el partido el que decidirá cuáles y de qué forma las elevará para su discusión a nivel legislativo.

En cuanto a la propuesta del Fondo de Estabilización de Precio de los Combustibles, se trata de “un instrumento de previsión y estabilización fiscal que opera como un mecanismo contracíclico del precio del petróleo”, es decir, que libera recursos para contener los cambios en la tarifa cuando el valor del crudo sube.

El senador del MPP Charles Carrera dijo a la diaria que la idea inicial es que el fondo sea “financiado a través de Rentas Generales”, porque actualmente “hay un sobrecumplimiento de las metas fiscales que se propuso el gobierno” y “la volatilidad del precio está impactando muy fuerte en nuestra economía”, principalmente por “la carestía”.

Otra posibilidad, dijo, es que este fondo se financie con lo que aún queda del Fondo de Estabilización Energética, que se creó durante los gobiernos del FA y cuyo objetivo fue reducir el impacto negativo de los déficits hídricos sobre la situación financiera de UTE, antes de que se efectivizara el cambio de matriz energética que limitó las importaciones de electricidad. La LUC definió que el remanente de este fondo fuera destinado a obras de infraestructura; el MPP plantea como opción que se le dé un nuevo fin. Para ello es necesario incluir la medida dentro de una ley presupuestal, por ejemplo, la Rendición de Cuentas que se tratará a mitad de año.

Petróleo e Imesi

Ya en el Parlamento y con miras a analizarse en la Comisión de Hacienda del Senado, hay una propuesta con un objetivo similar que presentó el senador del Partido Nacional (PN) Sergio Botana, quien en diciembre del año pasado presentó una serie de proyectos de ley vinculados a Ancap y los combustibles. Entre ellos, planteó la creación del Fondo de Amortiguación de Precios de las Naftas, que sería administrado por el Ministerio de Industria, Energía y Minería y conformado por los aportes del impuesto específico interno (Imesi) que se aplica a las naftas, que se obtendrían como resultado de fluctuar el valor de esta tasa impositiva en función del precio del petróleo.

“Todo incremento del petróleo que implique un aumento en el precio de las naftas será compensado por una baja del Imesi hasta alcanzar un piso de Imesi de 20 pesos por litro ajustados por IPC [inflación]; toda baja del petróleo que implicaría una baja en el precio de las naftas será compensada por incremento del Imesi hasta alcanzar un máximo de 36 pesos por litro ajustado por IPC”, dice el proyecto de ley. Actualmente, la nafta Súper 95 se comercializa a 77,88 pesos por litro, y el impuesto es de 30,04 pesos. Igualmente, el proyecto aclara que “toda variación de precio que implique exceder el mínimo o máximo valor del Imesi definido” podrá trasladarse “al precio de venta al público”.

En otras palabras, se pone una banda de precios en la que el Imesi puede variar, y su comportamiento sería inverso al precio del barril de crudo, en busca de lograr recursos contracíclicos: guardar parte de lo ahorrado cuando baja el petróleo para atenuar posteriores subas.

“En casos excepcionales, el Poder Ejecutivo podrá financiar el fondo con recursos de Rentas Generales, que recuperará apenas este tenga ingresos”, añade el texto. Precisamente, Botana dijo a la diaria que en la coyuntura actual, con el precio del petróleo muy alto en comparación con otros períodos, así debería ser el inicio, “y después, cuando baje el precio del petróleo, se puede incrementar un poco esa recaudación”. El senador blanco resumió de esta forma su propuesta: “Cuando el petróleo sube, el Imesi baja; cuando el petróleo baja, el Imesi sube”.

En la exposición de motivos del proyecto, Botana explicó que “cada peso que el crudo baje no será trasladado al precio de la nafta, sino que será recaudado a través del Imesi para la conformación del fondo y a la inversa cuando suba”, ya que la fluctuación del precio del petróleo “afecta directamente los precios en el mercado interno y genera fluctuaciones nunca deseables”.

Sobre el futuro de este proyecto, Botana dijo que lo ve “bien” y cree posible su votación, ya que anteriormente no se avanzó porque los legisladores estuvieron “discutiendo la LUC” de cara al referéndum. En su consideración, eso implicó “perder tiempo de trabajar en lo que tenemos que trabajar”.