Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

El primer párrafo de El 18 Brumario de Luis Bonaparte, un libro valioso e incluso entretenido de Karl Marx, dice que cuando Hegel afirmó que los grandes hechos y personajes de la historia universal se repiten, “se olvidó de agregar: una vez como tragedia y otra vez como farsa”. Esta frase no postula, por supuesto, una presunta ley general, sino que ironiza sobre algunas situaciones particulares, y en especial sobre la de Francia a fines de 1851, que la obra analiza con maestría.

También puede ocurrir que la primera consideración de un conjunto de hechos tenga características farsescas, pero que luego, en otro ámbito, cobren relevancia sus aspectos trágicos. Quizá sea el caso de la investigación sobre la gestión del sanguinettista Germán Cardoso en el Ministerio de Turismo (Mintur), especialmente en lo referido a la contratación de publicidad.

El primer escenario, durante un par de meses del año pasado, fue una comisión investigadora de la Cámara de Representantes, y tuvo la extravagante característica de que a Cardoso, ya de vuelta en su banca de diputado tras renunciar al Mintur, se le permitió ser a la vez investigado e investigador, así como agregar a la temática considerada presuntas irregularidades en las gestiones de sus predecesores frenteamplistas, de las que no llegó a presentar ninguna evidencia digna de ser tomada en cuenta.

La mayoría oficialista de aquella comisión afirmó que no se habían hallado elementos que hicieran “presumir la comisión de irregularidades o delitos”, y que Cardoso había actuado dentro de su legítimo margen de “discrecionalidad”. La mayoría de la Cámara –también oficialista, por supuesto– decidió enviar a la Justicia un informe de todo lo actuado, pero ni falta que hacía, porque dos diputados del Frente Amplio ya habían presentado una denuncia contra Cardoso ante la Fiscalía, antes de que la comisión investigadora comenzara sus sesiones.

Ahora Fiscalía investiga por segunda vez y las personas citadas serán básicamente las mismas, para hablar de los mismos hechos, pero hay diferencias de suma importancia. No será un debate atravesado por intereses partidarios, sino un proceso judicial, orientado a establecer si hubo violación de las normas vigentes; brindar testimonios falsos o engañosos puede tener, en este ámbito, consecuencias muy graves.

Cardoso no renunció al Mintur porque lo hubiera denunciado el Frente Amplio, sino porque el también colorado Martín Pérez Banchero, que era director nacional de Turismo, afirmó en una entrevista con el semanario Búsqueda que el entonces ministro lo había presionado para que avalara procedimientos y decisiones por lo menos irregulares.

Con el paso del tiempo se fueron agregando, entre otras informaciones alarmantes, las referidas a la empresa Kirma Services, registrada en Estonia y sin más antecedentes en la región que haber aportado a la promoción de apuestas en internet gestionadas por Elbio Rodríguez, un amigo de Cardoso. A esa firma el ministro le quiso pagar 280.000 dólares por intermediar en la difusión de publicidad digital para el mercado interno.

La historia se repite en un contexto diferente, y quizá tenga un desenlace muy distinto.

Hasta mañana.