Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

La conferencia de prensa realizada ayer acerca del proyecto de Rendición de Cuentas confirmó que al Poder Ejecutivo se le va bastante la mano en el cuidado de la comunicación política. Está muy bien que ese aspecto de la gestión de gobierno se encare con profesionalismo, pero el problema es que ha llegado a predominar de tal modo que, en el afán de presentar todo desde el mejor ángulo posible, el relato se despega demasiado de las evidencias cotidianas y resulta inverosímil.

Nadie le podría pedir razonablemente a quienes integran el Consejo de Ministros que transmitan sensaciones de frustración, incertidumbre y angustia, pero sí parece necesario, en honor a la realidad, reconocer que hay algunos problemas importantes. Sin embargo, las exposiciones realizadas ayer plantearon que en Uruguay todo mejora, se consolida y va camino de hacernos cada vez más prósperos, libres y felices.

A esto se le agrega que no se mencionaron cifras ni porcentajes, y la ministra Azucena Arbeleche dijo que recién hoy se definirán, de modo que no hay forma de evaluar en qué medida la distribución futura de recursos puede causar los efectos prometidos. En definitiva, fue una presentación del proyecto que no presentó el proyecto, sino que se concentró en tratar de que le quedara la sensación de que será excelente para ella.

Arbeleche aseguró una vez más que el crecimiento de la economía aumentará los puestos de trabajo, y señaló que el año pasado ya se recuperaron casi todos los que se perdieron durante la emergencia sanitaria. Esta manera de referirse a la cuestión transmite la idea equivocada de que todas las pérdidas fueron consecuencia de la pandemia de covid-19, y soslaya por ejemplo que el propio Poder Ejecutivo impulsó en su primer año de gestión una reducción de los desembolsos estatales, entre cuyas consecuencias estuvo la interrupción de programas y el cese de trabajadores, no porque hubiera emergencia sanitaria sino porque era su intención declarada desde la campaña electoral.

Del mismo modo, la ministra presentó como un logro que en esta rendición comenzará a cumplirse con el “compromiso del gobierno”, que “estaba en la Ley de Presupuesto” de 2020, acerca de la “recuperación salarial” en el sector público. Se podría pensar que el Ejecutivo prometió, en su primer año de gestión, mejorar los niveles previos del salario real, pero lo que ocurrió en realidad fue que aquella ley lo redujo y planteó el compromiso de que en algún momento regresaría al nivel en que este gobierno lo recibió (un compromiso que, por lo que se ha dicho, recién se cumpliría al final del período).

También sostuvo Arbeleche que con esta Rendición de Cuentas se consolidará y fortalecerá la “transformación educativa que el país viene realizando”, y que asimismo se consolidará “la protección de nuestros ciudadanos desde el Ministerio del Interior”. La transformación educativa, cuyos lineamientos se supone que aún están en proceso de discusión, no es algo cuyos resultados se puedan ver en poco tiempo, y sobre la protección a la ciudadanía por parte del Ministerio del Interior lo más piadoso que se puede decir es que en los últimos meses no ha sido muy notoria.

Hasta mañana.