Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

En los últimos meses, varias y fuertes controversias políticas han dejado en segundo plano el procesamiento de la denuncia contra el diputado sanguinettista Germán Cardoso, por su gestión cuando fue ministro de Turismo. La fiscalía especializada en delitos complejos ha avanzado en su tarea y, separando la paja del trigo, ya decidió archivar las acusaciones contra Liliam Kechichian y Benjamín Liberoff, que el propio Cardoso logró incorporar a la agenda de la comisión parlamentaria que lo investigó, para integrarla como acusador a la vez que era acusado.

Ahora el fiscal Gilberto Rodríguez afina la puntería y, según pudo saber la diaria, considera la posibilidad de centrarse en la investigación de dos procedimientos vinculados con la compra de publicidad por parte del ministerio.

Por un lado está la contratación, con renovaciones trimestrales, de la empresa Netcom, y es fácil comprender por qué se considera necesario aclarar los motivos de que se haya realizado cuando, por la emergencia sanitaria, las fronteras de Uruguay estaban cerradas y la oferta de servicios turísticos había disminuido mucho.

Por el otro lado, y en un contexto mucho más oscuro, están las tratativas con la empresa Kirma Services, registrada en Estonia. Cardoso decidió pagarle 280.000 dólares a cambio de publicidad digital, también para promover el turismo interno en tiempos de pandemia, pese a que su única referencia en la región era Elbio Rodríguez, amigo del ministro y su “asesor honorario”, quien afirmaba que había tenido una buena experiencia con esa firma en la promoción de su empresa de juegos de azar mediante internet, constituida en Paraguay.

El pago no llegó a realizarse porque la institución belga a la que Kirma indicó que se le debía transferir (por anticipado) el pago no cumplía con los requisitos del Banco República para prevenir el lavado de activos.

Kirma, cuyo director declarado es un griego septuagenario llamado Georgios Shipillis, es una empresa un tanto fantasmal. Sus documentos de facturación resultan inverosímiles y al parecer sólo se comunicaba con Rodríguez, mediante direcciones de correo electrónico desde un dominio hoy inexistente, según se indicó en un informe al fiscal de la Dirección General de Lucha Contra el Crimen Organizado e Interpol.

Las declaraciones en Fiscalía del exministro, Rodríguez y Daniel Reta, quien fue asesor del diputado en Turismo, conforman un relato en el que todo fue una iniciativa personal del “asesor honorario”, de la que Cardoso nada sabía y que Reta tramitó firmando documentos sin conocer su contenido.

Esta versión de los hechos resulta alarmante en relación con un pago de 280.000 dólares, pero mucho más grave sería que aparecieran evidencias del vínculo con Kirma que Cardoso niega, y esto es lo que intentarían demostrar la semana que viene, mediante el testimonio de un funcionario del ministerio, los legisladores frenteamplistas denunciantes. Cualquier persona es inocente hasta que se demuestra lo contrario, pero hasta ahora resulta muy difícil mantener la esperanza de que todo ha sido un gran malentendido.

Hasta el lunes.