Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

La Intendencia de Montevideo anunció ayer que volverá a hacerse cargo en forma directa de servicios de limpieza en el Municipio B (Centro, Ciudad Vieja, Cordón, Palermo, Barrio Sur, Parque Rodó y parte de Tres Cruces) cuando termine en noviembre su contrato actual con Consorcio Ambiental del Plata. Esta decisión revierte la de tercerizar servicios, adoptada hace décadas, y se tomó con la intención declarada de aumentar la eficiencia y reducir los costos actuales, de unos 14 millones de dólares por año.

El primer gobierno departamental montevideano tras la dictadura, del Partido Colorado, anunció la intención de tercerizar servicios de limpieza para afrontar el problema de los basurales, y en aquel momento el Frente Amplio (FA) se opuso a esa iniciativa, al igual que la Asociación de Empleados y Obreros Municipales de Montevideo. El sindicato ha mantenido la misma posición, pero sucesivos gobiernos del FA licitaron y concedieron servicios.

En todos estos años la ciudad ha cambiado mucho, varios problemas se volvieron más complejos y se ensayaron distintos procedimientos, con reiteradas exhortaciones a un cambio cultural.

Hubo un período en el que se insistió, sin mucho éxito, en que la gente sacara sus bolsas de residuos poco antes de que pasara el camión recolector, y luego la instalación de los contenedores fue anunciada como una solución para que eso se pudiera hacer en cualquier momento.

Los primeros contenedores fueron sustituidos por otros diferenciados según el tipo de residuos, pero sólo en parte del departamento, y hubo también una campaña con reparto de bolsas de distintos colores para la preclasificación domiciliaria, pero no se avanzó con ese plan.

Estas y otras políticas estuvieron atravesadas por la cuestión de los recolectores por cuenta propia, que prefieren ser llamados clasificadores. Desde el primer gobierno departamental frenteamplista hubo voluntad de regularizarlos e incorporarlos a un sistema con plantas de clasificación en varios puntos del departamento, pero esto tampoco llegó a concretarse en la escala prevista, y se han producido forcejeos acerca de varios temas, empezando por la utilización de carros tirados por caballos.

Por muchos años el discurso oficial fue que la recolección por cuenta propia cumplía una función necesaria e incluso indispensable, pero durante el período de gobierno de Ana Olivera el director de Desarrollo Ambiental, Juan Canessa, señaló que esa actividad no aportaba “ningún beneficio” y en cambio generaba problemas importantes, vinculados con la informalidad laboral, el trabajo infantil, la contaminación y la necesidad de fuertes gastos adicionales de limpieza.

La tercerización fue en parte, como en otros servicios públicos, una forma de eludir problemas que no se estaban resolviendo bien (la proporción de responsabilidades de los generadores de residuos, la intendencia y sus trabajadores es muy discutible), e implicó que en parte de la ciudad el servicio no se viera afectado por medidas sindicales. Ahora el gobierno de Carolina Cosse apuesta a brindarlo mejor y con menos costos que el sector privado, y obviamente lo mejor para la población montevideana será que lo logre.

Hasta mañana.