Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

El sábado el presidente Luis Lacalle Pou habló unos 11 minutos del escándalo que causó la renuncia de dos ministros, un subsecretario y su asesor Roberto Lafluf. En esos 11 minutos le agregó oscuridad al asunto, con afirmaciones engañosas y gruesas omisiones.

Francisco Bustillo, Luis Alberto Heber, Guillermo Maciel y Lafluf renunciaron. No fueron destituidos, y Lacalle Pou expresó su “íntima convicción” de que los tres primeros y Carolina Ache no hicieron nada ilegal. Sus opiniones en esta materia están muy devaluadas, porque ya le erró acerca de personas a las que conoce muy bien, como Alejandro Astesiano, Gustavo Penadés y Carlos Albisu. Como dijo ayer Fernando Pereira, no se entiende por qué aceptó las renuncias si los considera inocentes.

Por otra parte, si tiene presente que quienes ejercen la función pública están obligados a denunciar cualquier hecho con apariencia delictiva en la institución en que se desempeñan, sabe que es imposible que los cuatro estén libres de culpa.

El presidente dijo que no se le escondió información al Parlamento sobre el otorgamiento de un pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset, que le sirvió en enero de 2022, junto con una nota de la cancillería, para salir de la cárcel en Emiratos Árabes Unidos y abandonar ese país con destino desconocido. El argumento de Lacalle Pou fue que se reconoció que hubo “comunicaciones” entre Maciel y Ache. La cuestión es que no se quiso decir sobre qué, y en esto consistió el ocultamiento, deliberado y planificado, al Parlamento y a la ciudadanía.

Lacalle Pou afirmó que a Marset había que darle un pasaporte “sí o sí”. No es cierto: el Estado tenía motivos y margen de acción legal para obtener más información sin apresurarse, o en todo caso proporcionarle al narcotraficante sólo una autorización para trasladarse a Uruguay y seguir aquí con el trámite.

El presidente dijo que le encargó a Lafluf convocar a una reunión en el piso 11 de la Torre Ejecutiva para que Ache y Maciel “se pusieran de acuerdo” sobre qué hacer con el registro de sus comunicaciones sobre Marset, porque había “una discusión” acerca de la pertinencia de entregar “conversaciones privadas”. En realidad, lo que había era un fallo judicial que obligaba a entregar esos registros, como resultado de un pedido de acceso a la información pública presentado por legisladores del Frente Amplio.

También dijo que en esa reunión Ache, Lafluf y Maciel “se pusieron de acuerdo”, pero omitió mencionar que, según la declaración de Ache en Fiscalía, el acuerdo fue borrar los chats y conseguir luego una certificación notarial de que no estaban en sus teléfonos. No dijo una palabra sobre el audio aportado por Ache en el que Bustillo le sugiere que “pierda” su celular, ni sobre su declaración de que Lafluf le comunicó que había destruido el documento presentado por ella para que se entregara a la Justicia. Sólo dijo que ese documento “no era parte del expediente”.

Lacalle Pou enfatizó que “las responsabilidades políticas son del presidente, los ministros y los subsecretarios”. Eso sí es cierto, pero sólo los ministros y los subsecretarios renunciaron y son investigados por el sistema judicial.

Hasta mañana.