Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

La comisión de cogestión del Complejo Sacude hizo pública ayer una situación problemática que convoca a buscar soluciones con urgencia, porque es muy valioso lo que está en juego.

El Sacude (por Salud, Cultura, Deporte) está en el Barrio Municipal de Casavalle y se inauguró hace ya 23 años, construido con parte de los fondos para la regularización de los asentamientos Barrios Unidos, Curitiba y Tres de Agosto, en acuerdo con la inmensa mayoría de las personas involucradas. Pero sus antecedentes son muy anteriores, y se remontan a la creación en 1940 del propio Barrio Municipal, que combinó viviendas, escuela, mercado, kiosco policial, parques, canchas, biblioteca y un salón de actos con gimnasio. Esa fue la base material del desarrollo, con activa participación de los vecinos, de un club, un teatro y una policlínica, que primero fue comunitaria y hoy es municipal.

Hay una larga historia de logros impulsados y sostenidos por la gente. Con ese antecedente se tomaron las decisiones que llevaron a la construcción del complejo, mejorando y ampliando mucho las antiguas instalaciones, y hay una historia reciente de cogestión del Sacude, poblada de dificultades y aprendizajes en la relación entre la Intendencia y la comunidad, para construir en beneficio de miles de personas.

La experiencia no es un cuento de hadas, y ha tenido que afrontar desafíos muy diversos, pero se ganó el respeto y la atención de quienes comprenden que mejorar la calidad de la vida y la convivencia barrial, además de ser un objetivo válido por sí mismo, potencia en un círculo virtuoso las políticas públicas y contribuye a prevenir la implantación territorial de organizaciones delictivas y la violencia.

A partir de esta premisa, cuyo acierto se ha demostrado en escala internacional, se lanzó en 2013 el llamado Plan Siete Zonas, que fue diseñado como una primera etapa para beneficiar a 32.000 personas pero lamentablemente se interrumpió, en un marco de restricciones presupuestales. En la mesa interpartidaria sobre seguridad pública convocada por el Ministerio del Interior este ha asumido que es necesario desarrollar políticas en la misma dirección preventiva, con participación de diversos organismos estatales.

No basta con eso, por supuesto, pero tampoco basta con el aumento del patrullaje y la represión. Espacios como el Complejo Sacude fortalecen una trama social saludable y digna: todo lo contrario de la ausencia estatal y la degradación de vínculos en las que puede arraigar el crimen organizado. A este le interesa, por supuesto, desactivar el funcionamiento de espacios así, y resulta crucial cuidarlos.

Por eso es tan mala noticia que, tras varios hechos graves de violencia en los últimos días, ante los cuales los vecinos afirman que no hubo respuesta policial adecuada, ayer se haya dispuesto el cierre temporal del complejo.

A partir de mañana el Sacude reabrirá sus puertas, y los vecinos se declararon en asamblea permanente. La gente no se quiere resignar a la pérdida de lo construido durante décadas, pero sola no va a poder defenderlo: hay que ayudarla. Reconocer esto es uno de los requisitos para que sea posible imaginar políticas de Estado.

Hasta mañana.