Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

A un año y medio de la guerra en Europa, nos hemos acostumbrado a titulares cada vez más tenebrosos y también a posturas cada vez más retrógradas, si consideramos la violencia entre estados como una de las calamidades de la humanidad. Las palabras del presidente de Rusia apuntan al rearme global, reiteran amenazas de un conflicto nuclear y sólo contemplan un horizonte de paz tras la rendición del adversario. Es el discurso del mandatario de un Estado agresor, que ordena periódicamente el bombardeo de objetivos no militares en todas las grandes ciudades de Ucrania. De acuerdo a la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, hasta mayo había 23.606 víctimas civiles, si sólo se cuenta a los muertos y heridos.

Históricamente, Uruguay ha condenado los ataques de una nación a otra y ha defendido el derecho a la autodeterminación de los pueblos, como lo hacen la mayoría de los países pequeños y las sociedades con apego sostenido por la democracia. El gobierno actual ha sido consecuente con esa línea al condenar la invasión rusa a Ucrania.

Durante su visita a Estados Unidos, el presidente Luis Lacalle Pou recibió felicitaciones de la Casa Blanca por su apoyo a Ucrania. Es posible que la administración de Joe Biden sienta sincera admiración por las posturas tradicionales de Uruguay en caso de conflictos entre estados, así como también es posible que busque enfatizar las diferencias entre países de la región. Estados Unidos es el mayor proveedor de recursos bélicos para Ucrania y un gran impulsor del involucramiento de los países de Europa occidental en la guerra, y esa posición dista mucho de las iniciativas por la paz que adoptó Brasil desde la llegada de Lula da Silva al gobierno.

En el mismo comunicado, la Casa Blanca dijo que Biden aplaudió “la defensa principista de las libertades fundamentales en Venezuela” por parte de Lacalle Pou. Recordemos que el presidente uruguayo fue, junto al chileno Gabriel Boric, uno de los que marcó la nota disruptiva ante la presencia del venezolano Nicolás Maduro durante el encuentro de presidentes organizado por Lula da Silva el mes pasado.

El Ejecutivo estadounidense también ponderó el compromiso de Lacalle Pou con la “Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas”, una iniciativa de comercio que lanzó Biden hace un año y que habría que ver, de concretarse, cómo se relaciona con otros bloques del mismo tipo ya existentes. De ellos, el más importante hasta el momento sigue siendo el Mercosur, liderado por Brasil.

Hasta mañana.