En una reunión con un grupo de corresponsales de guerra en el Kremlin, transmitida por la televisión pública de Rusia, el presidente Vladimir Putin estimó que la contraofensiva ucraniana comenzó el 4 de junio, y dijo que una vez que esta termine su país analizará el potencial de su enemigo para así definir las futuras ofensivas. “Veremos cuál es la situación. Y partiendo de ello daremos los próximos pasos”, dijo.

“Todo dependerá del potencial que exista en el momento en que termine la llamada contraofensiva. Esa es la clave”, afirmó Putin, según citó la agencia Efe. El presidente ruso agregó que su país evalúa “varios planes” y que estos tendrán en cuenta “las catastróficas pérdidas” que está sufriendo Ucrania. Según estimó, ese país perdió más de 160 tanques y 360 blindados desde el inicio de la contraofensiva.

“Esta es una contraofensiva de gran envergadura, con el uso de reservas preparadas para este fin, que se viene dando desde el 4 de junio y se sigue produciendo ahora mismo”, dijo Putin, según citó Europa Press. Sin embargo, señaló que “las tropas ucranianas no lograron las tareas que se les asignaron en ninguna de las áreas de combate”.

Putin consideró además que Ucrania no puede contar en forma indeterminada con el apoyo armamentista de las potencias occidentales. Según dijo, en Estados Unidos “hay mucha gente razonable que no quiere llevar las cosas hasta una tercera guerra mundial, en la que no habrá vencedores”.

De acuerdo con la cadena Al Arabiya, Putin dijo también que Rusia está abierta a conversaciones de paz, pero que la única manera de detener el conflicto es que los países occidentales dejen de brindar armas a Ucrania. Sin dar más detalles, Putin dijo que Moscú tiene su propio plan de paz.

En cuanto a las armas que los aliados de Kiev le envían, dijo que los tanques Leopard 2 que brindan los europeos y los blindados Bradley, de fabricación estadounidense, “arden maravillosamente”.

Con respecto al armamento de Rusia, dijo que durante lo que Moscú llama “operación especial” quedó claro que había “muchas cosas que faltaban” y agregó: “Debemos producir diferentes drones, ofensivos y espías. Pero esto requiere tiempo”.

De todos modos, la producción de los principales tipos de armamento se multiplicó por 2,7 en el último año, y la de las armas más demandadas, por diez, dijo Putin. “Tuvimos un incremento en un año de 2,7 veces la producción de los principales tipos de armas, y en los rubros más demandados la incrementamos en diez veces”, afirmó.

“Las empresas trabajan a dos turnos, y muchos a tres. Trabajan prácticamente día y noche, con mucha calidad”, dijo Putin. Agregó que no sólo crece el número de armas, sino que “crece la calidad, mejora, mejoran sus características, el alcance, la precisión”.

Sin la “operación militar especial”, “quizás nunca hubiésemos sabido cómo es preciso ajustar nuestra industria militar para que sea la mejor del mundo, y así lo haremos”, dijo el presidente ruso.

Por el contrario, dijo, Ucrania recibe armamento del exterior, pero su industria militar es escasa. “El complejo militar industrial ucraniano simplemente dejará de existir. ¿Qué producen? Les traen las municiones, les traen el equipamiento, les traen las armas, les traen todo. Así no se puede sobrevivir, no se puede aguantar mucho tiempo”, dijo.

Por otra parte, el presidente ruso admitió la necesidad de mejorar la protección de frontera ante ataques ucranianos, especialmente en la región de Bélgorod. “Por supuesto, debemos proteger a nuestros ciudadanos”, dijo, y agregó que, “en principio, se podía haber pensado que el enemigo se comportaría así [...] y, seguramente, prepararse mejor”. Agregó que “este problema se solucionará”.

Putin también reconoció que hay cosas por hacer en cuanto a los ataques con drones en territorio ruso. Señaló que la defensa antimisiles está pensada contra aviones y misiles, mientras que los drones están fabricados con materiales ligeros, “hechos de madera; son bastante difíciles de detectar”.

Mientras tanto, los combates continúan. Este martes autoridades ucranianas denunciaron una serie de ataques nocturnos en Krivói Rog, la ciudad natal del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que dejó 11 muertos y 28 heridos. El jefe de la Administración Regional de Krivói Rog, Oleksandr Vilkul, dijo que los servicios de emergencia se encargaban el martes de extinguir incendios y rescatar supervivientes de los edificios que fueron alcanzados por misiles.