Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

El documento “Compromiso por el país”, redactado y firmado antes del balotaje de 2019 por los partidos que habían acordado apoyar a Luis Lacalle Pou, incluyó un capítulo titulado “Inserción internacional: abrir mercados y hacer alianzas”. En él se afirmó que “tras años de una política exterior movida por las ‘afinidades ideológicas’”, Uruguay había quedado “encerrado en un Mercosur bloqueado y aislado del mundo”.

A continuación se enumeró una serie de promesas. Entre ellas, las de “establecer un plan estratégico de política exterior 2020-2025”, en “estrecha relación con las necesidades y oportunidades del país productivo”; “reorientar, reentrenar y redesplegar el servicio exterior para transformarlo en una gran fuerza comercial” e impulsar “una estrategia de diversificación de mercados y mejora de las condiciones de ingreso de bienes y servicios uruguayos”; “trabajar por una flexibilización de las reglas del Mercosur relativas a la búsqueda de otros acuerdos comerciales por parte de los estados miembros” e “impulsar nuevos acuerdos comerciales, especialmente con los principales países del sudeste y sur de Asia”.

De esta forma, las máximas autoridades de los partidos Nacional, Colorado, Cabildo Abierto, Independiente y De la Gente reafirmaron una acusación muy grave contra los gobiernos frenteamplistas, que numerosos dirigentes de la entonces oposición venían planteando desde hacía años. Según decían, la “mala política comercial”, que repercutía “negativamente sobre el empleo, sobre la inversión y sobre las condiciones de vida de los uruguayos”, se debía a una decisión de poner presuntas afinidades con otros gobiernos del Mercosur por encima de las necesidades del país y su gente. Sobre esa base, sostenían que con una voluntad política distinta era posible una inserción comercial en el mundo mucho más conveniente.

Pasaron los años, se acerca el final de este período de gobierno, y la realidad indica que los problemas eran y son otros, muy difíciles de resolver para cualquier gobierno. Esto quedó de manifiesto ayer, en declaraciones del presidente de la Confederación de Cámaras Empresariales, Diego O’Neill, tras una asamblea de esa institución.

O'Neill dijo que el Poder Ejecutivo “está haciendo cosas”, pero que no ha logrado “mayores resultados, por lo menos, hasta el momento”, en materia de acuerdos internacionales.

Entre esas “cosas” estuvieron los reiterados anuncios de negociaciones con China y con Turquía para llegar a tratados de libre comercio, que no alcanzaron esa meta, no la alcanzarán antes de que termine el mandato de Lacalle Pou y probablemente, en el primer caso, nunca tuvieron chance alguna de alcanzarla.

Por otra parte, Uruguay se puso en la larga fila de aspirantes a ingresar en el Acuerdo Amplio y Progresista de Asociación Transpacífico, que no se está moviendo e incluye a países mucho más poderosos y atractivos desde el punto de vista comercial. Lacalle Pou declamó en varias cumbres del Mercosur acerca de su voluntad de que Uruguay avanzara por su cuenta en esos y eventualmente otros acuerdos comerciales, sin cosechar más que fastidio e indiferencia. Eso ha sido todo y no se avizora ninguna novedad relevante.

Hasta mañana.