Fue la noche más fría en lo que va de enero. El fuerte viento, además, ayudó muchísimo a vaciar toda la rambla, mojada por el agua de las olas, y la zona de juegos del Parque Rodó, por donde se puede llegar caminando al Teatro de Verano; hizo flamear hasta el cansancio al ejército de banderas que rodea el predio con marcas de productos porcinos, préstamos monetarios y artículos de limpieza. Sus leyendas permiten que no se olvide su importante protagonismo, y su tamaño y cantidad esconde lo que pasa un poco más allá, luego de las filas de autos en el estacionamiento.

Tras dos etapas suspendidas, fue la tercera la que dio inicio al Concurso Oficial de carnaval Dr. Tabaré Vázquez, con las actuaciones de la comparsa Integración, los humoristas Los Rolin y la murga Asaltantes con Patente.

Temprano por la noche, el público era todavía escaso tanto fuera como dentro del Teatro de Verano. Me arrimé a una de las ventanillas de la boletería y la señora que vendía las entradas me mostró una imagen de las plateas (alta y baja) dibujada en un cartón. Me dijo que le señalara dónde deseaba ubicarme. Me pidió mi número telefónico y un correo electrónico y los anotó en una computadora. Pagué y caminé hasta el punto de ingreso destinado a los espectadores. Allí tuve que presentar mi certificado de vacunación contra la covid-19 y mi documento de identidad.

La primera galería del teatro se mantiene muy parecida a años anteriores: un paseo gastronómico donde se pueden comprar tortas fritas, caramelos, panchos, sándwiches y papas fritas. También hay un puesto de alquiler de almohadones y respaldos para alivianar las horas sobre las gradas de cemento y, en el final, antes de llegar a las plateas, la Intendencia de Montevideo instaló un Punto Violeta, donde se puede encontrar información sobre cultura libre de violencia de género, consultar por servicios de atención o pedir información al respecto.

Sobre el escenario hay cinco pantallas, dos más angostas a cada lado y una más grande en el fondo. Su función es la de suplantar a las clásicas escenografías móviles de chapa, madera o compensado, eliminadas por ahora por prevención sanitaria.

“La idea es que se forme una burbuja”, me comentaron varios funcionarios para explicar hasta dónde y cómo se puede transitar dentro del lugar.

Lo que más se extrañará serán las dos instancias donde el público puede acercarse al conjunto: cuando luego del final de su actuación este baja a la platea y la recorre por sus escaleras y pasillos; y en el mítico pedregullo, el lugar de encuentro de los componentes con sus allegados, amigos y fanáticos.

Este año el telón tendrá como siempre un rol importantísimo, pero esta vez deberá ser el malo de la película, porque será el responsable de cortar abruptamente el final de las actuaciones para que los artistas, en vez de decidir por ellos mismos hasta cuándo y en qué lugar van a seguir cantando, salgan a recorrer un pasillo interno detrás del escenario que los llevará inequívocamente a la salida del teatro, con un breve pasaje intermedio para que algunos colegas puedan quedarse con sus primeras impresiones de bajada.

Pocos minutos después de las 21.00, el presentador Álvaro Recoba dio inicio a la primera jornada del concurso.

Con poco público, Integración, la comparsa liderada por Florencia Gularte, salió a escena para mostrar su espectáculo El latido del barrio. Tienen una gran orquesta y unas canciones de sonido llamativo, un candombe beat que suena tan viejo como nuevo, bailable y pesado, muy pegadizo.

Su propuesta de este año cuenta la historia de los vecinos de un barrio y sus historias en plena pandemia: una mujer que no sale de su casa, un joven que cae y se recupera, un reencuentro amoroso, y el lazo de la música y el candombe.

En uno de sus cuadros más originales, Alejandro Luzardo en guitarra (director musical del conjunto) y Jonathan Suárez Gularte en tambor (jefe de cuerda) le ponen música a una noche tranquila de ese lugar ficticio y real donde de a poco las cosas comienzan a acomodarse para bien, y lo consiguen con un buen uso de las pantallas, llenando de estrellas el fondo, los costados y la cúpula del teatro.

Luego le llegó el turno a humoristas Los Rolin, quienes habían conseguido la mejor de las actuaciones en la avant première en el Antel Arena.

En su pantalla apareció un bosque, para su espectáculo Fábula. Cada artista interpretó a un animal de nuestra fauna y se vistió como tal: Gustavo Maritato fue una rata, Martín Prado un carpincho y Leo Perla un zorro.

Mezclaron una canción de Los Fatales con una de Soda Stereo, y lograron levantar las manos del público con “el tik tok más grande del mundo”.

“Es una alegría tremenda poder estar acá después de todo lo que pasó. No deja de ser un privilegio”, me dijo María Eugenia Sasías, periodista e integrante del programa radial Carnaval del futuro (AM 1410), en una de las pausas de la noche. Su compañero Gabriel Méndez definió esta jornada como “rara” y sobre el inesperado frío de este comienzo dijo: “Tocó así y hay que disfrutar el carnaval de esta manera”.

Gastón Lepra, integrante de Colados al camión (FM Latina. 92.5 del dial) comentó: “Son unos cracks los que vinieron hoy al Teatro de Verano, sin contarnos a nosotros, que venimos a laburar, pero después te encontrás con gente que viene con la cara llena de brillantina y que ensayó un espectáculo todo un año y decís ‘¡cómo no voy a venir!’”.

Cerca de las 24.00 se subió al escenario la murga Asaltantes con Patente. “Pasé toda la tarde mirando por la ventana”, me dijo un rato antes Matías Bravo, uno de sus solistas, por la permanente amenaza de lluvia: “Estamos recontra felices de mostrar el espectáculo y compartirlo con la gente. Pasamos horas dudando sobre si habría etapa o no hasta que nos convencimos y nos dijimos: ‘es hoy’”.

Con las luces del teatro apagadas se encendieron sus trajes de presentación; líneas de neón multicolor sobre negro lograron el impacto esperado, junto a una presentación que dice: “Vuelve a sumergirse la ciudad en un par de versos, vuelve a confundirse el traje con la piel, murga canto ancestral, todo puede pasar. Volvió; salud, carnaval”.