Valeria Rosano alzó una cartulina violeta que decía “Ni cabida a los machirulos de Varones Carnaval” en el Anfiteatro del Río Uruguay, en Paysandú, durante una etapa del Concurso Oficial de Agrupaciones de Carnaval local y la insultaron, le escupieron, la empujaron y la amenazaron.

La maquilladora, que trabaja con conjuntos de carnaval desde hace más de una década, contó a la diaria que el cartel no lo hizo ella. Lo encontró en una valla delante de su asiento, lo leyó cuando llegó y estuvo de acuerdo con lo que decía, incluso se sacó una foto con él y la subió a Instagram.

En un momento de la noche, personal de la Policía que trabajaba en el lugar se acercó y preguntó de quién era el cartel porque había que sacarlo. Ella contestó que se hacía cargo y se lo quedaba, pero en las manos. “Me pareció censura, así que me planté y me quedé”.

Rosano relató que este episodio sucedió justo cuando estaba por subir al escenario el tercer conjunto de la noche, la murga La Celeste de Mercedes, que tiene un componente escrachado en las placas de Varones Carnaval. “Es una realidad que todos sabemos, muchos denunciados se vinieron a refugiar al carnaval del interior porque en Montevideo no tenían lugar”, sentenció la técnica.

Ella se quedó dentro del anfiteatro con el cartel. Cuando la murga bajó, varios integrantes se acercaron a increparla, como se aprecia en videos que circulan por las redes sociales. A partir de su acción, comenzaron las agresiones contra la maquilladora de parte del conjunto y de gente del público.

Horacio Lauria, presidente de la Asociación de Directores de Agrupaciones Carnavaleras (ADAC), explicó a la diaria que le dijeron a Rosano que bajara el cartel o se fuera porque “no sumaba para el espectáculo, había una murga en competencia y había mucha gente que no entendía lo que estaba pasando”. Además, para evitar que la situación pasara a mayores, como finalmente terminó sucediendo. Agregó que “en ningún momento se le prohibió manifestarse, pero afuera” del predio.

Rosano juzga esta decisión, que le justificaron con que los componentes se podían sentir incómodos. “¿Alguien le preguntó a las mujeres abusadas si se sienten cómodas?”, se preguntó. Recalcó que no es activista de ningún colectivo feminista, actuó “como mujer y como humana” al ver algo que le pareció mal y la llevó a “manifestarse pacíficamente”.

Consecuencias

Rosano aseguró que Lauria se comunicó con ella al día siguiente y le dijo que estaban evaluando la posibilidad de prohibirle la entrada al anfiteatro, a la vez que le advirtió que su accionar “podía perjudicar a los conjuntos con los que trabajaba”. Sin embargo, “ahora niega todo”.

la diaria se comunicó con Lauria, que afirmó que fue Rosano la que lo llamó para preguntarle a dónde elevar una carta de queja y que él jamás le habló de prohibiciones o consecuencias.

Rosano se comunicó con los conjuntos con los que trabaja para desvincularse “y no afectarlos”, pero los directores responsables le dijeron que no lo hiciera, que era “injusto para mí y para todos porque lo que yo hice lo hice como civil”.

La ADAC publicó un comunicado el 21 de febrero en el que asegura que “no le prohíbe ni nunca prohibió la entrada al anfiteatro a ninguna persona”. Sin embargo, tras reunirse con todos los directores de la asociación y los no agremiados, decidieron “de común acuerdo” que “no está permitido ingresar al anfiteatro con ningún cartel o pancarta que sea alusiva y/o agraviante a cualquier integrante de todos los conjuntos en competencia, ni a los miembros del jurado”.

Horas después, la murga La Clandestina, que aparece nombrada en el comunicado donde también fue individualizado su director responsable, Cesar Rameau, publicó en sus redes sociales que “nunca estuvo de acuerdo con ese comunicado como tampoco lo estuvieron los otros conjuntos”. El colectivo “entiende y sobre todo defiende el derecho a manifestarse libremente de todos y todas. Apoyando la lucha por la igualdad de género”.

Rameau aseguró en diálogo con la diaria que el tema de los carteles “jamás se votó” en la reunión, cuyo motivo era definir las etapas de la final del concurso. Según el director, Lauria relató el suceso y mencionó que en Mercedes habían ocurrido manifestaciones violentas contra los conjuntos, algo que querían evitar en Paysandú. En ese punto estuvieron de acuerdo, pero en “evitar ataques, no en prohibir” la manifestación del público con carteles. “Cantar una cosa y hacer otra, no”, aseveró.

Lauria explicó que “no se votó, pero hubo consenso” en las opiniones durante la charla. “Parece que estuvimos todos en reuniones diferentes”, opinó, y rechazó que “tiren piedras” a la ADAC después de publicar un comunicado que él entiende que fue creado con un criterio unánime.

La Clandestina decidió renunciar a la ADAC y Rameau está evaluando iniciar acciones legales por haber incluido su nombre en un comunicado con el que no está de acuerdo y en el que, asegura, se dicen mentiras.

Los directores de los conjuntos solicitaron a la ADAC pautar una reunión con Rosano. Ni Rameau ni ella sabían, al cierre de esta nota, los motivos de la convocatoria. Lauria aseguró que su intención es “que sepan de primera mano cómo se dieron los hechos”.

Por su parte, Rosano dijo que “no sé si esperan que pida disculpas, estoy anonadada, pero volvería a hacer lo que hice porque fue en mi derecho a la libre manifestación”.