La leyenda cuenta que fueron mucho más que una broma de verano, tanto así que hasta llegaron a dar una prueba de admisión para participar en el Concurso oficial del Carnaval.
No son pocos los conjuntos que a lo largo de la historia, y luego de afrontar esa decisiva evaluación, desaparecen. Sus nombres quedan guardados en una carpeta con elásticos, junto con los trajes, las ilusiones y los sueños de salir en carnaval de un grupo de vecinas y vecinos.
El caso de “Tus Etor’s salados” resulta extraño, aunque la documentación de referencia y los diarios de la época pueden acercar algo de luz sobre su particular destino.
No sería la primera vez que un conjunto encuentra la manera de salir en carnaval, sin participar del concurso organizado por la Intendencia de Montevideo.
Los célebres parodistas Gaby’s, por ejemplo, a principios de la década del noventa se tomaron un descanso de la competencia y salieron a recorrer tablados con un espectáculo de “grandes éxitos”.
El grupo Géminis lo sigue haciendo hasta el día de hoy en la vieja categoría “Fuera de concurso”. Así también lo hicieron durante largos años el dúo Capablanca, Luis Guarnerio, Héctor Perry, Paco y Pico y muchos más.
Actualmente, proyectos como Más carnaval y Carnavalé permiten a muchos otros artistas subirse al escenario de un tablado.
Pero Tus Etor’s tomaron otro camino, y esta semana, sin que nadie lo impidiera, se subieron al escenario del Teatro de Verano. Lograron la risa de todo el público presente como no había pasado aún, con una actuación muy peculiar y luego de casi un mes del carnaval más largo del mundo.
¿Realidad o fantasía? Una opción sería ubicarlos en la biblioteca de Momo junto con las muchas expresiones metacarnavaleras. Como Anarquía, una vieja murga dirigida por un tal Viruta, que según cuenta Falta y Resto se animó a todo; la parodia sobre la vida de Raúl Castro de parodistas Caballeros; “el cupletero de antes” de Los Saltimbanquis, un personaje congelado en el tiempo que cayó en una murga del siglo XXI; las infinitas imitaciones a Ariel Pinocho Sosa y sus Zíngaros, la parodia sobre la vida Julio Sosa “Piel Kanela” protagonizada por Ariel y sus Zíngaros, o la actuación de Marcel Keoroglian en C1080 como Cachila Silva.
Tus Etor’s tendrían algo que ver con humoristas Los Choby’s, ya que durante varios años sus presentaciones son posibles dentro de los espectáculos de quienes hoy cuidan el primer premio de la categoría, y en ningún otro lugar; pero no siempre fue así.
Hay registros audiovisuales del grupo en un tablado de Villa Española, y otro, de una actuación en el barrio La Teja.
Su humor de aquellos tiempos era bastante subido de tono, algo más que picaresco, pero según los videos los integrantes del grupo no parecen advertirlo de ningún modo, y los pocos presentes le festejan sus gracias a viva voz.
Parece lógico estimar que algo pasó después de ese inicio rebelde. Sus trajes de este año son lujosos y llama la atención su discurso inclusivo en el final de su primera vuelta en el Teatro.
Por lo demás, la esencia de su propuesta es la misma de siempre, y su participación en el concurso oficial sigue siendo incomprensible.
Tus Etor’s 2022
Su director escénico tiene serios problemas fonoaudiológicos y mucha confianza en sí mismo. Habla fuerte, o grita, y se reserva momentos para él solo; se roba la escena con chistes de su autoría y es evidente que le interesa dejar en claro su lugar de poder en el grupo. Sus compañeros respetan su trayectoria, aunque no siempre reciben de buena manera sus constantes burlas. Es la figura más esperada por los fanáticos del conjunto, como por aquellos que van a ver a Tus Etor’s para descubrir de qué son capaces esta vez.
Su presentación habla sobre las ventajas de votar a favor de la LUC, en un cuadro confuso y poco logrado. Se trata de una temática incluida en su repertorio 2022 pero por lo visto en escena, no del todo resuelta en la interna del conjunto, lo que incidió claramente en la performance de su coro y en las interpretaciones de los solistas.
Las coreografías fueron torpes y algo caóticas. Se notó una descoordinación importante entre los movimientos de sus componentes, pero no queda del todo claro si eso fue parte de lo planificado, si faltó en ensayo o si no hubo nadie que se hiciera cargo del rubro “Movimiento escénico, coreografía, bailes y puestas en escena”.
Su vestuario –con traje, pantalón y gorros trilby– se parecía muchísimo al que usaron hace unos años los Zíngaros. Sus colores blanco, fucsia y rosado son idénticos, y los volados gitanos de tela transparente son los mismos que adoraba ponerse Ariel Sosa.
En cambio, su parodia de este carnaval no se asemeja en nada a las superproducciones del conjunto de Pinocho.
Nadie desconoce que el Uruguay todavía transita sobre los vaivenes de una pandemia y que sufre una brutal crisis económica. Esta realidad se puede ver reflejada en los disminuidos presupuestos de algunos conjuntos, pero no ha afectado a todos por igual.
Sin ir más lejos con mucha imaginación y creatividad la murga Queso Magro hizo sus trajes con cajas de cartón tiradas a la basura, y Los Choby’s juntaron piezas de dos vestuarios anteriores y casi no se nota.
A la hora de parodiar, Tus Etor’s no demostró el menor interés y respeto por el público y el jurado. Su única parodia se llama “El hombre invisible” y cuenta un fragmento de la vida de este personaje mientras pasa horas en su casa junto a su familia.
Con la excusa de la invisibilidad no hubo actores en escena, salvo al final de la parodia, donde una mujer dio la cara por el grupo. Una voz en off interpretó a uno o varios personajes, y nadie podría asegurar si se trató de un actor tras bambalinas, o de una pista de audio guardada en un archivo mp3. Cada pocos minutos, la pobrísima historia avanzó con algunos objetos tirados al escenario: una pelota, un trapo, un pedazo de silla.
Al final intentaron con un mensaje diplomático y panfletario sobre la inclusión social, pero su poco profesionalismo quedó reflejado a cabalidad con una catarata de burlas hacia uno de sus integrantes, por parte del resto de conjunto y con el festejo incluido de su director responsable.
Se fueron aplaudidos por el público que, por lo menos esa noche, no precisó mucho más.