Entre viernes y sábado se llevará a cabo una nueva edición del Desfile de Llamadas, para las comparsas de negros y lubolos la noche más esperada y convocante del carnaval. Como es costumbre, miles de personas se acercarán a los barrios Sur y Palermo por estos días para buscar la manera de seguir el desfile con la mayor comodidad posible. Además de los lugares que en tribunas y sillas tiene disponible la Intendencia de Montevideo, también está la posibilidad de dar con otras alternativas.

El alquiler de azoteas y balcones sobre la calle Isla de Flores es un clásico que viene de larga data. Si bien este año la oferta con carteles en las fachadas de las casas fue casi inexistente, la mayoría de los clientes mantienen los contactos de los desfiles de otros años. Además, vecinas y vecinos ofrecen su servicio a través de internet, siendo Mercado Libre el vehículo más utilizado y donde logran una altísima demanda.

Ya el pasado fin de semana los lugares para el viernes estaban agotados, por ejemplo, el de una casa de familia en Isla de Flores y Aquiles Lanza, que propone dos opciones para presenciar el desfile. Una a 2.500 pesos por persona, incluyendo una pizzeta y un refresco o cerveza en lata; la otra a 4.000 pesos, con derecho a dos bebidas, hamburguesas, chorizos y pizzetas. El lugar cuenta con servicio de mozos y personal en la puerta de los baños, asegura la publicación.

Llegando a Barrios Amorín, otra casa ofrece un amplio balcón techado para grupos grandes a un precio que va de 2.500 pesos a 5.000 pesos por persona, dependiendo de la ubicación. Sólo quedan algunos lugares disponibles para el sábado. En este caso no incluye ni comida ni bebida, pero se puede usar la heladera, el horno, la cocina y los baños con total libertad.

En el cruce con la calle Salto, Gabriel alquila una azotea con “una vista increíble”. Para el sábado el costo de la silla es de 1.800 pesos, aunque ya no tiene disponibilidad. La gente igual le sigue insistiendo y pidiendo que si alguien le cancela y queda lugar libre, les avise. Muchos de ellos son integrantes de comparsas que desfilan y su familia se quedó sin entradas.

Frente al complejo de viviendas de Isla de Flores y Minas, una casa que antes era hostel mantiene la tradición de preparar el Desfile de Llamadas como una fiesta. Andrés, su dueño, nos cuenta que en la azotea “entran unas 30 personas”. “Les damos servicio de parrilla incluido y la bebida aparte. Al final del desfile ponemos música hacia la calle y se pueden quedar un rato más”, detalló.

Igual que los demás oferentes del barrio, hace más de una semana que ya no tiene lugar. Para él, que la pandemia golpeó duro su negocio, esto representa un salvavidas gigante. Sus precios son de 4.000 pesos para el viernes y 3.000 para el sábado. “Ahora es todo por internet, se agota enseguida. Igual me siguen escribiendo unas 60 personas por día consultando”, asegura.

Otra opción que se presentó para este año fue la de una cervecería que se ubica entre Aquiles Lanza y Ejido, por la vereda norte. En Sumo Brew Pub informaron que para los días del desfile cobrarán un ingreso de 400 pesos, descontando esa cifra luego de lo consumido. Las reservas se fueron volando y el patio cervecero estará repleto para disfrutar el paso de las comparsas.

Por último, vale repasar la oferta que tenía el Museo del Carnaval, dirigida claramente a turistas. La propuesta incluía el transporte hasta Barrio Sur, la entrada, servicio de anfitriones, baños y seguridad exclusiva para el palco en que se encuentren. El costo promedio iba desde 50 hasta 90 dólares, dependiendo la ubicación y el día. Por supuesto, también está todo agotado desde hace varios días.